2024, más sombras que luces

Román Rodríguez

Dejamos atrás un año 2024 con más sombras que luces. Marcado, entre otros asuntos, por el mantenimiento en el mundo de distintos conflictos bélicos que causan la muerte de decenas de miles de víctimas inocentes, la creciente crispación política en el Estado español, la expansión de manipuladores bulos, el avance global de la ultraderecha y el drama humano de las víctimas de la inmigración. Y, en el lado positivo, por los buenos datos económicos y el aumento del empleo, por el resurgir de la preocupación y sensibilidad ciudadana con el territorio, el medio ambiente y el modelo de desarrollo, expresada en las masivas movilizaciones celebradas el 20 de Abril, así como por la solidaridad de nuestro pueblo con los migrantes que llegan a las Islas.

En febrero se cumplirán tres años de la invasión de Ucrania por tropas rusas, una guerra que ha ocasionado una importante destrucción de infraestructuras y la muerte de miles de personas, a la par que un paralelo efecto negativo en los mercados de la energía y de los alimentos. Mientras, el Estado de Israel continúa desarrollando un auténtico genocidio en Palestina, causando decenas de miles de muertes, la mayoría de ellos niños y niñas, no dudando en arrasar con escuelas, hospitales y otras instalaciones básicas, con la complicidad de una parte importante de la comunidad internacional. Extendiendo además su máquina de guerra a otros estados limítrofes, como Líbano y Siria.

El Sahara continúa exigiendo que se cumplan las resoluciones internacionales para ejercer su derecho a la autodeterminación. Canarias siempre ha mantenido una relación de solidaridad y apoyo al pueblo saharaui, aunque este 2024 el presidente Clavijo hiciera público su apoyo a las tesis marroquíes de una autonomía en la zona, una auténtica traición que quiebra lo siempre expresado por el Parlamento y Gobierno canario, así como por la propia CC.

Además, en 2024 prosiguió el avance de la ultraderecha. Así ocurrió en junio en los comicios al Parlamento europeo. Y en las elecciones presidenciales de noviembre que ratificaron el regreso de Trump a la Casa Blanca; fortaleciendo un ciclo político reaccionario que tendrá repercusiones globales graves. En el retroceso en la lucha contra la Crisis Climática y el avance del negacionismo. En el desprecio a los derechos humanos. En el maltrato a las personas migrantes. En el claro intento de frenar los avances de las mujeres. En el riesgo que corren las libertades y la propia democracia. En el proteccionismo económico de Estados Unidos con el anuncio de más aranceles.

Migraciones

Respecto a las consecuencias de los fenómenos migratorios resultan dramáticas las cifras dadas a conocer estos días: se estima que unas 9.800 personas perdieron este año la vida en la ruta canaria, según datos de la ONG Caminando Fronteras; de ellos, 1.500 menores. Hombres, mujeres y niños para los que nuestro Archipiélago es la vía de paso para tratar de llegar el continente europeo en el que intentar cumplir sus sueños de una vida mejor.

Un fenómeno que no remitirá en las próximas décadas, todo lo contrario. Por la explosión demográfica en muchos estados del África cercana, con un alto porcentaje de población joven que carece de expectativas de futuro. Por la persistencia de conflictos bélicos y de regímenes antidemocráticos y represores de las libertades. Por las consecuencias de la Crisis Climática, que acentuará las condiciones negativas para el desarrollo de la vida en muchas regiones.

En nuestro caso, como receptores de miles de personas que aspiran a llegar a la desarrollada Europa, sufrimos con el bloqueo de la derecha española a la hora de modificar el artículo 35 de la Ley de Extranjería para facilitar una mejor atención a los más de 6.000 menores que se encuentran en las Islas, mediante su distribución obligatoria por el conjunto de las comunidades autónomas. El PP y Vox no son solidarios ni con Canarias ni con los menores.

Continuamos reivindicando una acción global a nivel mundial que posibilite movimientos migratorios regulados y seguros, que posibilite oportunidades de alcanzar una vida digna a millones de personas y, al tiempo, cubra la falta de mano de obra de distintos sectores económicos en los estados receptores. La Unión Europea precisa de la llegada de migrantes para mantener su sistema económico y asegurar las pensiones de sus jubilados y jubiladas, así como garantizar la adecuada atención a una población cada vez más envejecida.

 

Economía y empleo

Durante este 2024 que finaliza el crecimiento económico ha sido significativo en el Estado español y, al rebufo del crecimiento estatal, en Canarias. Muy por encima del experimentado por los otros estados de la Unión Europea. En nuestro caso, un aumento del PIB muy vinculado a los datos del sector turístico, no solo respecto al número de visitantes sino también con relación al incremento del gasto que estos efectúan.

Un turismo que seguirá siendo parte esencial de nuestro modelo económico y de la estructura de nuestro empleo. Pero que se hace preciso modular para que sea sostenible y para que sus beneficios sean percibidos claramente por la población canaria. Esa preocupación motivó las movilizaciones del 20 de abril. Con una gran participación ciudadana. Con exigencias como la moratoria en las islas saturadas, la aprobación de una tasa sobre las estancias turísticas o la regulación adecuada del alquiler vacacional, además de las mejoras laborales y salariales.

Unas razonables exigencias, medioambientales y sociales, completamente desoídas por el Gobierno de CC y PP. Empeñado en el desarrollismo sin límites, en la ocupación de más territorio y en la ampliación del actual número de camas turísticas. Rechazando en el Parlamento de Canarias la implantación de un impuesto a las pernoctaciones turísticas, propuesto por tercera vez por NC-bc. Y con una ley sobre el alquiler vacacional que, al no plantear una moratoria mientras se elaboraba, logró que se multiplicaran exponencialmente las inscripciones de nuevas viviendas vacacionales.

En 2024 nuestra comunidad profundizó, además, en una fiscalidad injusta, muy poco progresiva. Las derechas canarias insistieron en su modelo que beneficia a las rentas más altas, a una minoría de la población, mientras castiga a los que tienen ingresos medios y bajos, es decir a la inmensa mayoría de los hombres y mujeres de Canarias.

Y, al tiempo que, con ese modelo, se perdían recursos para las arcas canarias, los presupuestos de la comunidad condenan al retroceso a nuestros servicios públicos. Muy visible en el caso de la educación que llegó a disponer de una inversión equivalente al 4,63% del PIB al final de la anterior legislatura y que ahora apenas supera el 4%. Incumpliendo la Ley de Educación. También la Ley del Sistema Público de Cultura. Recortando en I+D+i. Infra financiando a nuestras dos universidades públicas.

Vivienda

Otro tema de gran relevancia colectiva es el acceso a la vivienda, que sigue siendo una utopía para muchos ciudadanos y ciudadanas. Además, el pago de los elevados alquileres se lleva un porcentaje sustancial de los salarios, convirtiéndose en un factor de empobrecimiento de una parte de la población. Urge implementar, entre otras, actuaciones firmes para revertir esta situación, desde el impulso a la construcción de más vivienda pública y la adopción de medidas para la incorporación al mercado una parte de las viviendas hoy vacías, más de 200.000 en nuestra comunidad; nuestras propuestas sobre esta materia fueron rechazadas por CC y PP.

En definitiva, el año que se cierra lo hace con más sombras que luces, con más elementos negativos que positivos. Especialmente por las guerras y la persistente violación de los más elementales derechos humanos, así como por la permanencia de la pobreza y la desigualdad. También por los insuficientes avances experimentados en la lucha contra la Crisis Climática, cuyas consecuencias terribles en los fenómenos meteorológicos sufrió la Comunidad de Valencia en la reciente DANA. Y por la reiterada y extendida violencia contra las mujeres, con casos como el Pelicot que conmocionó a Francia y al mundo. En Canarias, además, por la insistencia en un modelo económico nada sostenible y la significativa contradicción de compartir un elevado crecimiento del PIB con una realidad en la que continúan reinando los bajos salarios y porcentajes muy elevados de pobreza y exclusión social, reflejo de una injusta distribución de la renta y de la riqueza. Más sombras que luces.

Román Rodríguez es presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc).