La ACBC pide al Cabildo de Gran Canaria que paralice ya la degradación de la montaña de Amagro

· Insta a la institución insular a que, en colaboración con el Gobierno de Canarias y con el Ayuntamiento de Gáldar, gestione este espacio con políticas conservacionistas reales

 

· La montaña de Amagro está protegida como monumento natural y forma parte de la Red Natura 2000

Canarias, 08/03/2024.- La Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC) insta al Cabildo de Gran Canaria, sin menoscabo de la deseable colaboración con el Ayuntamiento de Gáldar y el Gobierno de Canarias, a que ejerza sus competencias como gestor de la montaña de Amagro “con políticas conservacionistas reales y efectivas”.

Estas políticas conservacionistas “deben paralizar inmediatamente la degradación ambiental de este espacio”, protegido por ley como monumento natural y parte de la Red Natura 2000, “impulsar la reversión de la situación actual y dar una oportunidad de disfrute y encuentro de la ciudadanía con sus valores ambientales y culturales”.

Según ACBC, la montaña de Amagro “no solo ofrece una oportunidad para la conservación de la maltrecha biodiversidad insular, sino que, con la regulación de usos establecida en las Normas de Conservación, la ejecución del Plan de Conservación de la Zona de Especial Conservación y una adecuada vigilancia, conformaría un espacio de contacto y aprecio de la naturaleza para la importante población asentada en su entorno al tiempo que la haría cómplice de su recuperación y conservación”.

La asociación hace especial referencia al trabajo recientemente publicado en el Anuario de Estudios Atlánticos con el título “La montaña de Amagro: propuestas de restauración en este laboratorio de biodiversidad”, de Rubén García y Agustín Naranjo, que pone en valor una zona como la montaña de Amagro que, si bien se encuentra declarada como “monumento natural” y forma parte de la Red Natura 2000, “también sufre impactos e importantes amenazas”.

Este espacio, que está situado en el municipio de Gáldar al noroeste de Gran Canaria, lleva protegido como paraje natural desde 1987 (Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios Naturales Protegidos), declarado como “monumento natural” en 1994 (Ley Autonómica 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias) y con su propio instrumento de ordenación a partir de 2010, cuando se aprobaron sus Normas de Conservación. Asimismo, forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación (ZEC 7010011 Amagro).

Todos estos reconocimientos recogidos por ley le vienen dados por sus altísimos valores culturales y naturales.

Valores culturales y naturales

Tal y como señala el trabajo realizado por Rubén García y Agustín Naranjo, el entorno destaca por sus valores ambientales, no solo por el admirable número de taxones endémicos raros y amenazados que alberga, sino por la exclusividad de algunos de ellos, a tal punto que a día de hoy se encuentran refugiados únicamente en dicha montaña e incluidos, por tanto, en distintas normas y catálogos de alcance europeo, nacional y regional (véase el siguiente cuadro).

Hasta cinco especies encuentran refugio en este espacio. Algunas de ellas, como la salvia blanca de Amagro (Sideritis amagroi) y la yerba de plata (Argyrolobium armindae), son exclusivas de esta montaña, mientras que Crambe tamadabensis, Limonium sventenii y Argyranthemum lidii son endemismos propios del sector noroeste de la isla de Gran Canaria.

Asimismo, una buena parte de su territorio se encuentra cubierto de distintas comunidades del cardonal-tabaibal, por lo que constituye uno de los hábitats de interés comunitario (HIC 5330) de cardonal-tabaibal mejor conservado de la isla.

En lo concerniente a la fauna presente en este espacio, se desarrolla en hábitat semiárido, marcadamente influenciado por la maresía, que incide en algunos sectores de la montaña. La fauna invertebrada requiere una profundización específica. Aun así, en los últimos meses de prospecciones se ha detectado una población importante del caracol pintado (Theba grasseti), endémico de Gran Canaria, que figura en el catálogo de especies protegidas de Canarias con la clasificación de vulnerable.

En su entorno destaca además la presencia de una variada avifauna como el halcón de tagarote (Falco peregrinus pelegrinoides), el alcaraván (Burhinus oedicnemus), la aguililla (Buteo buteo), el alcaudón (Lanius excubitor), la curruca cabecinegra (Curruca melanocephala) y el canario (Serinus canarius).

La circunstancia de tratarse de un espacio de titularidad mayoritariamente pública, por ser propiedad del Ayuntamiento de Gáldar, y el hecho de que se encuentra consorciado con el Patrimonio Forestal del Estado desde 1971, son oportunidades para revertir la actual situación de deterioro ambiental que presenta, ya que ello supone que no existen limitaciones de orden administrativo para la inversión, por parte del Cabildo, en la mejora de su estado de conservación.

Extracción de áridos, culebras, cabras, conejos y quads

En la actualidad, son varios los impactos de origen antrópico que impactan en la montaña de Almagro. Cabe destacar las amplias zonas de extracción de áridos en el sector norte de la montaña, actividad que destruye por completo el entorno donde se asienta. Por otra parte, la herbivoría incontrolada de cabras y conejos afecta directamente a las especies de flora anteriormente mencionadas; y recordemos que es aquí donde encuentran su único refugio para desarrollarse.

Desde hace varios años también se ha detectado un importante núcleo de culebra real de California (Lampropeltis californiae), así como la proliferación de especies exóticas invasoras de flora (Cenchrus setaceum, Opuntia dillenii, etc.). A todo ello ha de sumarse el constante trasiego de motos y quads, lo que supone una incompatibilidad palmaria con la conservación de la montaña de Amagro, pues se ponen en serio peligro los fundamentos que llevaron a otorgar a este paraje la categoría de espacio natural protegido.