Valle de Guerra celebra la 75 edición de su histórica romería con sus tradicionales carretas y agrupaciones folclóricas
18 de Mayo 2024
Luis Yeray Gutiérrez destaca la idiosincrasia y el carácter vallero, “un pueblo siempre comprometido con nuestras costumbres y con su tradición agroganadera, fielmente representada en esta romería”
La Comarca Nordeste se prepara para celebrar la que es una de las romerías más longevas y multitudinarias del calendario romero de las islas. El pueblo de Valle de Guerra celebra el próximo domingo, 18 de mayo, la LXXV edición de su romería en honor a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, con una treintena de carretas, carros y otras tantas agrupaciones folclóricas y parrandas organizadas e improvisadas, así como las tradicionales danzas.
El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, señala la importancia de la romería de Valle de Guerra por su historia y por el arraigo entre sus habitantes. Además, el primer edil lagunero, destaca el carácter e idiosincrasia valleros, “un pueblo siempre comprometido con nuestras costumbres y con su tradición agroganadera, fielmente representada en esta singular romería, que este año, además, alcanza las 75 ediciones”.
El concejal de Fiestas, Dailos González, agradece la labor de la Comisión de Fiestas y de todas las personas vinculadas a la celebración y que la hacen posible y explica que “la romería dará comienzo a las 13:00 horas previa misa en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario a las 12:00 del mediodía. Es desde el edificio eclesiástico de donde partirá la romería tomando la carretera general, en su recorrido tradicional en dirección a la zona conocida como el puente, retornando a la plaza de Valle de Guerra”.
Los orígenes de esta celebración, según documenta el que ha sido presidente de la Comisión de Fiestas y persona vinculada a las celebraciones de Valle de Guerra, Derimán Alonso, se remontan al siglo XVIII, cuando los habitantes de Valle de Guerra salían a las calles para celebrar la festividad de San Isidro, en la que se practicaban funciones religiosas, bendiciones de ganado y procesiones que discurrían por los alrededores de la plaza de la iglesia. Fue ya, en la mitad del siglo pasado, cuando los festejos pasaron a parecerse más a cómo los conocemos hoy, con la incorporación a los actos antes mencionados, el ganado y algunas carretas engalanadas con motivos vinculados a la agricultura y flores de la zona.