Europa tiene terreno suficiente para ampliar las renovables de forma sostenible, según ONG

24 de Julio 2024/Agencias
Tanto la Unión Europea como España disponen de terreno suficiente para desplegar más infraestructura solar y eólica sin comprometer la producción de alimentos ni la naturaleza, según un informe de la organización ecologista Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB) publicado este miércoles.

El estudio detalla que Estados como España, Francia y Rumanía disponen de un «importante excedente» de tierras, incluso excluyendo las zonas protegidas y las tierras agrícolas que no están degradadas o son de escaso valor.

De hecho, España dispone de suficiente terreno adecuado para albergar toda la capacidad necesaria en 2040, en particular para la energía solar fotovoltaica en suelo, que requeriría alrededor del 0,49 % del terreno, frente al 3,28 % disponible para desarrollos alejados de zonas protegidas o tierras agrícolas de alto valor.

Sin embargo, la ONG señala que será necesario identificar zonas de desarrollo cerca de parajes naturales o en combinación con otros usos del suelo agrícola en otros países, como Alemania e Italia, donde prevé que dispongan de un espacio limitado para la energía eólica terrestre.

Además, para equilibrar la distribución de energía en Europa, la oficina propone crear una «súper-red europea» para conectar recursos y lograr la descarbonización en toda la UE mediante la cooperación y la reducción del despilfarro.

A partir del informe, la EEB afirma que para descarbonizar la UE de aquí a 2040 «sólo se necesita» la mitad del terreno considerado apto para las energías renovables, excluidas las reservas naturales y las zonas agrícolas de alto valor.

Apunta que será necesario el 2,2 % de la superficie total de la UE, mientras que el 5,5 % puede considerarse apto para el desarrollo solar y eólico.

La mayor parte del suelo apto, puntualiza, se encuentra en zonas rurales, con un 78 % para la energía solar fotovoltaica en suelo y un 83 % para la eólica en tierra.

Por otro lado, la EEB avisa de que los tejados de las zonas urbanas e industriales por sí solas no pueden satisfacer todas las necesidades de capacidad solar.

También asegura que hay mucho terreno agrícola degradado disponible para ampliar la energía solar sin perturbar las economías rurales y en sinergia con la producción de alimentos y la restauración de la salud del suelo.