Reforestación y agricultura regenerativa, claves para reducir impacto de las inundaciones
06 de diciembre 2024/Agencias
Una gestión forestal adecuada, basada en la reforestación y la agricultura regenerativa, es «clave» para reducir el impacto de las inundaciones, ya que «el bajo contenido de materia orgánica de los suelos españoles limita su capacidad para absorber agua de lluvia», alerta hoy la ONG Reforesta.
En un comunicado difundido con motivo del Día Mundial del Suelo que se conmemora este jueves, Reforesta aboga por modificar la relación con la naturaleza, «restaurar el equilibrio perdido y tomar medidas para evitar inundaciones», para lo cual resulta esencial aumentar y mejorar el contenido de materia orgánica del suelo, «que es lo que produce el efecto esponja cuando hay precipitaciones».
Este material «confiere estructura al suelo, aumenta su porosidad y esponjosidad y lo hace más resistente a la erosión, de modo que cuando la elevamos, aumenta la infiltración», añade la entidad, que hace referencia a un informe del Departamento de Agricultura de los EE.UU. según el cual «cada 1 % de incremento de materia orgánica supone 25.000 galones de agua disponible por acre; es decir, 23,38 litros por metro cuadrado».
Los suelos ricos en materia orgánica no solo absorben mejor el agua, sino que además «permiten aumentar la recarga de los acuíferos y que el flujo del agua hacia arroyos y ríos sea más regular y ordenado», de manera que contribuyen positivamente a «prevenir la desertificación, reducir la erosión y combatir el calentamiento global» además de «minimizar los efectos de las lluvias torrenciales».
En Valencia
Reforesta recuerda que España se encuentra «a la cola de Europa», ya que es el país con menor contenido de carbono en sus suelos: los mayores porcentajes se registran en las regiones húmedas «con Galicia a la cabeza», pero en la mitad del país el contenido medio es «muy bajo, un 1,72 %, lo que significa que el carbono presente es solo del 1 %».
En el caso de Valencia, que sufrió el devastador impacto de una dana a finales del pasado mes de octubre, su superficie agrícola es «de 338.745 hectáreas y la media de materia orgánica es el 1,77 %, mostrando un mínimo de 0,10 % y un máximo de 4,3 %».
Con adecuadas prácticas agrícolas para recuperar la materia orgánica perdida en la zona, «en un plazo de 3 a 5 años» la provincia podría aumentar la capacidad de absorción del agua del suelo en 18,71 hectómetros cúbicos en la cuenca del Poyo y en 97,41 en el conjunto de la provincia, «una cifra 2,6 veces la capacidad del embalse de Forata», precisa el comunicado.
Por ello y más allá de la expansión natural del bosque, la reforestación «sigue siendo clave en gran parte de la superficie forestal desarbolada y en la arbolada con una cobertura de bosque inferior al 60 %», pese a lo cual la superficie reforestada ha disminuido de 198.217 hectáreas en 1996 a 3.839 en 2022.
Reforesta agrega que la agricultura convencional basada en la labranza intensiva de la tierra es la «responsable de una gran disminución del contenido de materia orgánica», situación que se ha agravado en los últimos años por la compra masiva de tierras por parte de fondos de inversión para practicar una «agricultura superintensiva» con constante laboreo y un uso elevado de fertilizantes y pesticidas, «una fórmula segura para agotar la tierra en unos años».