El abandono educativo temprano marcó en 2024 su mínimo histórico con un 13%
Comparado con una década antes, el porcentaje de abandono ha bajado 8,9 puntos, pasando del 21,9% en 2014 al 13% actual.
El abandono educativo temprano descendió el pasado año al 13%, es decir, 0,7 puntos menos que en 2023, marcando la tasa más baja de la historia. Desde 2018, este indicador ha descendido cinco puntos. Estos datos se desprenden de la Encuesta de Población Activa publicada hoy.
El abandono temprano de la educación-formación es el porcentaje de personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria de segunda etapa (FP de Grado Medio, Básica o Bachillerato) y que no seguía ningún tipo de formación en las cuatro semanas anteriores. El pasado año, esta tasa se situó en el 13,7%.
Comparado con una década antes, el porcentaje de abandono ha bajado 8,9 puntos (un 40,7%), pasando del 21,9% en 2014 al 13% actual. La distancia con la media de la Unión Europea también se ha reducido, pasando de los 10,8 puntos de hace diez años a los 3,5 puntos de 2024.
La población entre 20 y 24 años que ha alcanzado al menos el nivel de segunda etapa de la Educación Secundaria alcanza en 2024 el 79,9%, lo que supone 14,1 puntos más que el dato de 2014 (65,8%) y 0,9 puntos más que en 2023. Además, el porcentaje de población de entre 25 y 34 años que ha alcanzado el nivel de Educación Superior sube 0,6 puntos hasta situarse en el 52,6%, superando el objetivo de conclusión de la enseñanza superior fijado para 2030, que es de al menos el 45%.
Por sexos, en 2024 el abandono entre los hombres se ha reducido ligeramente respecto al año anterior (disminuye 0,3 puntos porcentuales), situándose en el 15,8%. El de las mujeres desciende claramente, 1,3 puntos porcentuales, hasta alcanzar una tasa del 10%.
En los últimos años, el Ministerio ha llevado a cabo distintas iniciativas para reducir la tasa de abandono temprano de la educación, uno de los objetivos del Gobierno. Además de la puesta en marcha de programas para la atención del alumnado con más dificultades como PROA+, en el que se han invertido 360 millones de euros, la transformación de la Formación Profesional ha supuesto una nueva ventana para los jóvenes hacia empleos de calidad y bien remunerados, lo que fomenta su permanencia en el sistema educativo.