El Cabildo, la Fundación Endesa y la Fundación Universidad de Valladolid protegen la biodiversidad del Parque Nacional del Teide
Las entidades han suscrito un convenio para estudiar y acceder a aquellos cedros de mayor antigüedad que crecen colgados en los riscos
También crearán nuevas poblaciones de la violeta de Guajara y el cardo de plata, dos especies amenazadas
07 de febrero de 2025. El Cabildo de Tenerife, la Fundación Endesa y la Fundación Universidad de Valladolid impulsan diversas acciones para la protección y recuperación de la biodiversidad del Parque Nacional del Teide. La colaboración se articula a través de dos convenios para el desarrollo de tres proyectos de conservación relacionados con los cedros milenarios, la violeta de Guajara y el cardo de plata. El primero de ellos es relativo a la prospección de cedros antiguos en lugares inaccesibles y en el mismo colabora la Fundación de la Universidad de Valladolid, ya que cuenta con expertos de primera línea en el estudio de los cedros de Canarias. El segundo convenio es relativo a la creación de nuevas poblaciones de la violeta de Guajara y el cardo de plata, dos especies de plantas amenazadas que serán recuperadas gracias a la colaboración del Cabildo y la Fundación Endesa.
La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila; la consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias, Blanca Pérez; el director general de Endesa en Canarias, Pablo Casado; y el catedrático e investigador de la Universidad de Valladolid, José Miguel Olano, presentaron hoy (jueves 6) el acuerdo.
Rosa Dávila explicó que “hoy es un día importante para Tenerife y para el legado natural que queremos dejar a las futuras generaciones. Con la firma de estos dos convenios con la Fundación Endesa, reafirmamos nuestro compromiso con la preservación de la biodiversidad de nuestro Parque Nacional del Teide, un espacio único que es parte del patrimonio de toda la humanidad”.
“Este es un ejemplo de cómo la colaboración entre administraciones, entidades privadas y el mundo académico puede generar proyectos de gran impacto para la conservación de nuestra biodiversidad. El Teide es mucho más que un paisaje icónico: es un laboratorio natural de biodiversidad, historia y ciencia que debemos proteger con todos los recursos a nuestro alcance”, indicó la presidenta del Cabildo.
Asimismo, Dávila agradeció “a la Fundación Endesa su compromiso con el medioambiente y la biodiversidad de Tenerife, a la Universidad de Valladolid por su valiosa aportación científica, y a todos los técnicos e investigadores que harán posible la realización de estos proyectos”.
El director de Endesa en Canarias, Pablo Casado, mostró su enorme satisfacción con este acuerdo, destacando que se convierte en el primero de estas características que la Fundación Endesa formaliza en Canarias, “pero posiblemente tendremos la oportunidad de ampliar la experiencia en las islas, porque Endesa es consciente de la necesidad de que tanto las empresas privadas como las administraciones públicas trabajemos asesorados en todo momento por los expertos, en este caso de la mano de la Universidad de Valladolid, para preservar nuestro ecosistema. Este es el mejor legado que podemos dejarle a las futuras generaciones. Canarias por su condición isleña tiene una biodiversidad rica, singular y más frágil a la hora de conservar su flora y fauna”.
“Este convenio nos permite trabajar en la línea del estudio e inventariado de especies tan importantes como el cedro milenario del Teide y también en la vía de la conservación y repoblación de otras como la violeta de Guajara y el cardo de plata ambas en peligro de extinción”, explicó Pablo Casado, quien también aprovechó para enviar un mensaje de concienciación para que “tanto la población canaria como el volumen cada más creciente de turistas que nos visitan sumen en el reto de preservar la biodiversidad de las islas. El Parque Nacional del Teide es un enclave único y de lujo y es responsabilidad de todos aportar nuestro granito de arena para permitir su conservación en estado óptimo”.
Por su parte José Miguel Olano, uno de los investigadores del proyecto, destacó que la colaboración entre el Parque Nacional del Teide y Cambium, el grupo de investigación que dirige, comenzó hace muchos años y permitió descubrir en el año 2019 «lo que entonces fue el árbol más viejo de Islas Canarias, con 1.100 años, y en prospecciones posteriores llegar incluso más lejos encontrando el árbol de mayor edad de toda la Unión Europea con 1.481 años». Y valoró que estas investigaciones «sirvieron para comprender el valor patrimonial de los cedros del Teide y, junto con las de otros grupos de investigación, han servido para comprender mejor cómo fue la vegetación del Teide antes de la llegada de los primeros pobladores humanos».
Olano, que junto con el investigador Gabriel Sangüesa trabajan en este proyecto, indicó que gracias a este proyecto van a encontrar «más individuos longevos en una investigación que tiene un componente de aventura» y aclaró que «serán los primeros humanos en acceder a algunos de ellos ya que se encuentra, en cortados inaccesibles donde hay que emplear técnicas complejas de escalada».
Finalmente, Blanca Pérez mostró su satisfacción por este acuerdo “que nos permite recuperar parte de la biodiversidad del Parque Nacional del Teide. Es un ejemplo de colaboración pública y privada que redunda en beneficio de la ciudadanía y esperamos obtener los resultados esperados”.
Cedros milenarios
El proyecto de prospección de los cedros busca acceder a aquellos árboles de mayor antigüedad que crecen colgados en los riscos más inaccesibles del Parque Nacional del Teide. Es una línea de trabajo complementaria a otras que desarrolla el Cabildo de Tenerife para recuperar los antiguos bosques de cedros que en el pasado coronaban la isla de Tenerife, en lo que hoy es el Parque Nacional del Teide. En este sentido, otras acciones paralelas en marcha son la reforestación con cedros, la potenciación del hábitat de las aves dispersoras de sus semillas, como son los cuervos y los mirlos capiblancos, o los estudios de paleopolen desarrollados por la Universidad de La Laguna en años precedentes.
Algunos de estos árboles tienen más de 1.000 años, como atestiguan los estudios realizados por el profesor Jose Miguel Olano de la Universidad de Valladolid y sus colaboradores. De hecho, uno de ellos denominado “Bárbol”, tiene unos 1.500 años y constituye el árbol datado con carbono 14 más antiguo de Europa.
En ese sentido, hay indicios de que podría haber arboles todavía más viejos, por la textura de su porte o el grosor de su tronco, quizás incluso anteriores a la presencia humana de los aborígenes canarios. Su descubrimiento puede suponer un avance importante en el conocimiento de cómo eran los bosques del pasado, puesto que los cedros que hoy habitan el Parque Nacional del Teide probablemente provienen de estos cedros milenarios.
Además, son una fuente de información para la reconstrucción del clima de los últimos siglos, pues el estudio de los anillos de crecimiento de los árboles son un reflejo de las condiciones de temperatura y precipitación de cada año, de modo que aportan una valiosa información al respecto.
Para el desarrollo de este proyecto se ha constituido un equipo de escaladores capaces de alcanzar los arboles más enriscados, con científicos expertos en datación y análisis de los anillos de crecimientos y técnicos del Parque Nacional. Los escaladores tendrán que acceder a los árboles, coger muestras de la corteza, el tronco y las hojas, para que luego sean analizados con técnicas científicas entre las que esta la datación con carbono 14, que es el método más preciso conocido hoy.
Violeta de Guajara y cardo de plata
El segundo convenio de recuperación de dos especies amenazadas de la flora busca crear una nueva población de la recién descubierta violeta de Guajara. En la actualidad el 99% de los ejemplares de esta especie están en un único punto en la cima de Guajara, donde viven pocos miles de ejemplares.
A lo largo de este proyecto se va a crear una nueva población en lo alto del Roque del Sombrerito, donde hay una superficie de una hectárea aproximadamente que reúne las mismas condiciones que Guajara. Para ello las acciones en el marco del proyecto de Endesa consistirán en hacer cerramiento en los accesos al Roque para evitar la entrada de herbívoros y erradicar los herbívoros que pudieran quedar dentro. Luego, el Parque Nacional del Teide trasplantara un número de, al menos, 50 ejemplares de violeta a la nueva localidad.
Este segundo convenio también plantea crear una nueva población de la especie cardo de plata. Esta planta estaba muy amenazada hace pocas décadas, cuando solo quedaban unos pocos cientos de ejemplares. Las acciones de recuperación del Parque Nacional del Teide realizadas hasta el momento han conseguido aumentar su población, pero el cambio climático que afecta a las poblaciones a menor altitud hace necesario instalar más poblaciones en zonas más altas.
La nueva población es un sector en lo alto de Montaña Blanca que reúne condiciones ecológicas adecuadas para el crecimiento de la planta. Como en el caso de la violeta, el proyecto facilitara en vallado de la zona y la erradicación de herbívoros en su interior, para que luego, el Parque Nacional del Teide proceda a la plantación de nuevos ejemplares de cardo de plata.