«Quien ataque a Israel será su fin», dice ministro de Defensa tras envío de cazas a Beirut

Israel

23 de febrero 2025/Agencias
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, dijo este domingo que el vuelo de cazas sobre Beirut, al tiempo que se celebraba el funeral de quien fuera el líder de Hizbulá -asesinado hace cinco meses por Israel-, Hasán Nasrala, transmite el mensaje de que todo el que amenace al país será destruido.

«Los aviones de la Fuerza Aérea israelí que actualmente sobrevuelan los cielos de Beirut sobre el funeral de Hasán Nasrala están enviando un mensaje claro: quien amenace con destruir Israel y ataque a Israel, será su fin», dijo Katz en un comunicado.

«Vosotros os especializaréis en funerales, y nosotros en victorias», añadió el ministro.

Esta mañana, decenas de miles de personas se congregaban en la Ciudad Deportiva Camille Chamoun, ubicada en los suburbios de Beirut del Dahye y con capacidad para acoger a más de 80.000 personas, para despedir a Nasrala, en una ceremonia masiva a la que acudieron altos cargos libaneses e iraníes, entre otros.

En X, el ministro israelí de Exteriores, Gideon Saar, aseguró que la presencia de banderas de Hizbulá y de Irán en el funeral demuestra la «encrucijada histórica» en la que se encuentra el Líbano, al poder elegir mantener el ‘statu quo’ o ser «liberado de Irán y Hizbulá».

Desde el estallido de las hostilidades entre Israel e Hizbulá el 8 de octubre de 2023, un día después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza, más de 3.800 personas murieron en el Líbano -la inmensa mayoría en bombardeos iniciados el 23 de septiembre- y más de 15.800 resultaron heridas.

El cese de hostilidades entre Israel y Hizbulá, que entró en vigor el pasado 27 de noviembre, tenía una vigencia inicial de 60 días, pero se vio prorrogado hasta el 18 de febrero ante las acusaciones cruzadas de las partes de no respetar el acuerdo y de demorar su implementación.

Pasada esa fecha, el Gobierno israelí anunció que mantendría su presencia miliar en cinco colinas del sur del Líbano para monitorear la actividad de Hizbulá y prevenir cualquier posible ataque, algo que fue condenado por el Líbano y también por Naciones Unidas.