Ante el 20 de abril: el pueblo canario debe salir a la calle
16 de abril 2024
Servicios públicos como la sanidad o la educación, se ven obligados a atender una explosiva demanda debido a la imparable llegada de migrantes provenientes de Europa
Tememos no sin razón la posibilidad de que el actual modelo de explotación turística sea exportado de manera acrítica a las llamadas “islas verdes” (La Palma, La Gomera y El Hierro).
La Fundación Canaria Tamaimos ha decidido apoyar las manifestaciones convocadas en Canarias y en la diáspora para el próximo 20 de abril de 2024. Hemos dado este paso desde el convencimiento de que nuestro pueblo se juega mucho en el ciclo que inaugura esta fecha.
Por este motivo, deseamos compartir las siguientes consideraciones:
El modelo turístico actual continúa generando graves afecciones a nivel ambiental además de no suponer un contrapeso suficiente a las terribles cifras que arrojan los indicadores sociales de todo tipo en Canarias desde hace décadas. Su escasa generación de empleo de calidad y su ínfima capacidad para la redistribución de la riqueza generada en las islas hace que consideremos al turismo una industria foránea, eminentemente extractiva, que debe ser reconducida y reorientada para cumplir con el interés general del pueblo canario.
Dicho modelo turístico está provocando efectos indeseados más allá de sus habituales lugares de actividad. En concreto, la muy negativa influencia que está teniendo en el mercado de vivienda -tensionando los alquileres y reduciendo drásticamente la oferta- conjuntamente con la dejación de los poderes públicos, tras décadas de casi total abandono de la construcción de vivienda social, no hacen sino añadir elementos de crítica hacia un modelo que debe estar al servicio del pueblo canario y no al revés, como sucede actualmente.
También se dejan sentir las consecuencias perniciosas de dicho modelo en las infraestructuras, donde buena parte de canarios y canarias consumen incontables horas en atascos y caravanas, restándole tiempo a sus vidas familiares, a la conciliación, el ocio, el descanso, etc. Asimismo, servicios públicos como la sanidad o la educación, se ven obligados a atender una explosiva demanda debido a la imparable llegada de migrantes provenientes de Europa, con mayor poder adquisitivo que la media de la ciudadanía canaria y que hacen que sea enormemente difícil alcanzar coberturas sanitarias o educativas suficientes en determinados contextos. La carestía de la vida, la dependencia alimentaria, los bajos salarios… están generando un caldo de cultivo que sólo puede ser erradicado tras un verdadero golpe de timón que nos haga avanzar hacia otro modelo, hacia otra Canarias posible y mejor.
Por si todo esto fuera poco, además, tememos no sin razón la posibilidad de que el actual modelo de explotación turística sea exportado de manera acrítica a las llamadas “islas verdes” (La Palma, La Gomera y El Hierro), reproduciendo los males que llevamos observando en el resto del archipiélago durante décadas. También observamos con preocupación la posibilidad de que se intente contener la legítima protesta popular con una moratoria por islas, que no suponga un freno real al expolio de nuestras costas, con la excusa del desarrollo desigual interno. ¡Hay que parar totalmente cuanto antes en todas las islas sin excepción!
Por último y no por ello menos importante, observamos cómo el irrespeto y la impunidad con la que algunos y algunas turistas se conducen en nuestros más singulares y queridos parajes y rincones, atentan gravemente contra la identidad de nuestro pueblo. La colonización del paisaje, nuestras costumbres, nuestra personalidad colectiva… no es sino otro efecto de una industria que busca ofertar un producto absolutamente desarraigado del contexto geográfico, social y cultural en que se desarrolla. No queremos convertirnos en un pueblo alienado para satisfacer el ocio y la codicia del Norte. Turismo sí, pero no así.
En definitiva, estaremos presentes en las manifestaciones del 20 de abril, con la esperanza de que éste sea un punto de partida para que Canarias deje de ser el escenario de negocios foráneos que olvidan que aquí vive gente, que aquí hay un pueblo que merece ser dueño de su destino, como tantas veces hemos clamado a lo largo de la Historia. Seguiremos haciéndolo frente a las cúpulas de los partidos políticos, patronales hoteleras, touroperadores… y todo aquel que quiera negarle a este pueblo la palabra.