Borrell: Serbia y Kosovo arriesgan su integración europea si no normalizan relaciones
18 de marzo 2024/Agencias
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, avisó este domingo a Serbia y a Kosovo de que ponen «en peligro» su integración europea si no logran avanzar hacia la normalización de sus relaciones, mediante la aplicación del pacto alcanzado con mediación de Bruselas.
«Cualquier falta de implementación no solo pone en peligro la integración europea de las partes, sino que también daña su reputación como socios creíbles y confiables», afirmó Borrell con motivo del primer aniversario de este pacto que el 18 de marzo de 2023 alcanzaron Serbia y Kosovo para ir mejorando sus relaciones.
El jefe de la diplomacia comunitaria está convencido de que este acuerdo, que se alcanzó en base a una propuesta de la UE, demuestra «claramente que el futuro de ambos socios está en la Unión Europea», aunque les apremió a mejorar su puesta en práctica.
El acuerdo no fue firmado por escrito y Kosovo acusó a Serbia de haberlo evitado. El compromiso prevé que tanto Belgrado como Pristina reconozcan los documentos oficiales de ambos países, de manera que los ciudadanos puedan viajar libremente entre uno y otro, y que Serbia no impida la entrada de Kosovo en organismos internacionales.
A juicio de la UE, el acuerdo «es vinculante en su totalidad según el derecho internacional», dijo Borrell, y por ello reprochó a Serbia y a Kosovo que haya habido «avances muy limitados» por parte de ambos países a la hora de aplicarlo.
«Ya es hora de que tanto Kosovo como Serbia rompan el actual círculo vicioso de crisis y tensiones y avancen hacia una nueva era, la europea. El acuerdo ofrece un futuro mejor para los ciudadanos de Kosovo y Serbia y de toda la región», subrayó.
«La Unión Europea sigue dispuesta a ayudar a Kosovo y Serbia en cada paso del camino, pero son ellos quienes tienen que dar esos pasos y seguir adelante», concluyó el alto representante.
Recientemente, las tensiones entre ambos países afloraron tras la decisión de Kosovo de prohibir el uso del dinar serbio en el norte de su territorio, algo que Belgrado vio discriminatorio para su minoría que vive en esas zonas.
La decisión supuso un fuerte golpe para la minoría serbia de Kosovo, pues muchos de sus integrantes reciben de Serbia en dinares sus sueldos, pensiones y subvenciones.
Tras las peticiones de la UE y Estados Unidos de buscar una solución negociada, el Banco Central de Kosovo anunció a mediados de febrero que ampliaba a tres meses el período de transición para que en el norte del país solo pueda usarse el euro y no el dinar serbio.
Kosovo, poblado por una gran mayoría de albaneses, proclamó en 2008 su independencia, que Belgrado no reconoce, y ambos países negocian desde 2011 la normalización de sus relaciones en un difícil diálogo.