Carta a Su Santidad, el Papa Francisco.
Su Santidad,
Con el respeto que merece, me permito dirigirme a usted en estos momentos tan delicados. Nos hemos enterado de su intención de visitar las Islas Canarias debido a la grave crisis migratoria que estamos atravesando, y no podemos dejar de expresar lo que significaría su presencia en nuestra isla de El Hierro.
El Hierro, como otras islas del archipiélago canario, ha sido testigo del sufrimiento de aquellos que arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor. El mensaje de compasión y humanidad que siempre ha transmitido la Iglesia resuena especialmente en estos momentos. Sería una bendición que su visita incluyera una parada en nuestra pequeña isla, que tantas veces ha acogido con los brazos abiertos a quienes llegan desde otras tierras. Su presencia aquí sería un faro de esperanza, y un recordatorio de que la dignidad humana debe ser defendida siempre y en todas partes.
Más allá de lo espiritual, su visita también podría ayudar a que el mundo vea con mayor claridad la magnitud del problema al que nos enfrentamos a diario. Miles de vidas se arriesgan y se pierden en el mar cada año, debido a las condiciones inhumanas en que muchas personas se ven forzadas a emprender su travesía. La raíz de este drama no radica solo en los peligros del viaje, sino en la falta de oportunidades, conflictos, y la pobreza extrema que empuja a tantos a huir de sus países de origen. Las mafias y redes de tráfico de personas se aprovechan del desespero de estas familias, condenándolas muchas veces a morir en el intento de alcanzar las costas.
Estas tragedias nos conmueven profundamente, pero también nos interpelan como sociedad. La pasividad frente a esta crisis perpetúa el sufrimiento de quienes buscan refugio y agota los recursos limitados de nuestras islas, que hacen lo que pueden por acoger a los migrantes. En estos tiempos difíciles, necesitamos que se pongan en marcha acciones concretas para aliviar la presión migratoria que afecta a nuestros recursos y a la vida diaria de nuestra isla. Su voz, siempre enfocada en la justicia y la solidaridad, puede ser el impulso que mueva corazones y conciencias para que las autoridades competentes tomen medidas reales, efectivas y justas, y para que se aborden las causas profundas de esta crisis humanitaria.
Le ruego que considere visitar nuestra isla de El Hierro. Su mensaje de esperanza y amor hacia los más vulnerables sería un bálsamo para todos, tanto para quienes han llegado en busca de refugio como para quienes los acogen.
Con el mejor de los deseos,
En Valverde, a 18 de septiembre de 2024.