Discurso del Presidente de CEOE Tenerife D. Pedro Alfonso Martin
14 de Octubre 2024
Discurso del Presidente de CEOE Tenerife D. Pedro Alfonso Martin en la Comisión de estudio sobre la revisión del Régimen Económico y Fiscal de canarias (11LAGCE-2), del Parlamento de Canarias
Señorías, Buenos días,
Gracias por permitirme hablar, en representación de los empresarios de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, sobre el Régimen Económico y Fiscal (REF), un pilar esencial para el desarrollo de Canarias. El REF ha reconocido nuestras particularidades como región ultraperiférica, fomentando cohesión social y competitividad. Sin embargo, este marco debe adaptarse a las nuevas realidades para seguir siendo eficaz y ágil.
Es crucial que el REF responda a las fases del ciclo económico como también es importante que recupere su eficiencia contra-cíclica. Debemos ser conscientes de que este marco también requiere adaptarse a las nuevas realidades que afrontamos, cada vez más intensas y exigentes.
Más allá de la simple defensa de un diferencial fiscal, el REF es un instrumento diseñado para superar los problemas estructurales que, desde hace tiempo, dificultan el desarrollo de la actividad productiva en Canarias, impidiéndonos operar en igualdad de condiciones con el resto del territorio continental.
El futuro de Canarias también depende, en gran medida, de nuestra capacidad para defender con firmeza el REF y desde el ámbito empresarial, hemos insistido en la necesidad de flexibilizar varios aspectos del REF.
Muchas de las decisiones que se toman, tanto a nivel estatal como europeo, deben tener como objetivo principal incentivar la actividad económica, fomentar la iniciativa empresarial, aumentar la renta disponible de nuestros ciudadanos y el PIB per cápita de las islas, si bien llegan a colisionar con los principios fundamentales del REF, generando tensiones, e inseguridad jurídica y administrativa, que debemos resolver de manera permanente.
Solo así podremos recuperar la capacidad de renta y gasto de nuestras familias, y, al mismo tiempo, asegurar que convergemos a medio plazo con el pleno empleo, así como niveles óptimos de recaudación para las políticas de desarrollo económico y social, sin tener que recurrir a un incremento de los tipos impositivos ni poner en peligro el diferencial fiscal que tanto nos protege.
Necesitamos un REF que no solo sea un reflejo de nuestro pasado, sino que aflore el potencial de nuestro futuro, proyectándose como una herramienta que permita a nuestra economía avanzar con fuerza en el escenario global.
INSTRUMENTOS FISCALES
Haciendo un breve repaso sobre los principales instrumentos fiscales del REF y la necesidad de su actualización, es imprescindible comenzar hablando de la Reserva para Inversiones en Canarias.
Este instrumento ha mostrado mejoría en su eficiencia en los últimos años. Sin embargo, en el año 2022, los fondos destinados a la RIC alcanzaron los 1.362 millones de euros, una cifra que, si bien es alentadora, aún está lejos de los 2.302 millones que se destinaron en 2006, antes de la crisis financiera.
Esto nos permite pensar en la oportunidad de modernizar la RIC para que sea más atractiva y eficiente.
• En este contexto, uno de los principales ajustes que consideramos crucial es la flexibilización de los plazos para la materialización de la RIC.
• Además, resulta vital que se clarifiquen y flexibilicen las reglas que regulan el cómputo del incremento de plantilla media y los plazos de mantenimiento del empleo mediante una pausa en la vorágine legislativa y regulatoria.
• También quiero destacar la importancia de permitir la rehabilitación de activos usados que ya hubieran disfrutado de una RIC anterior a 2007, con lo que fomentaríamos la renovación de infraestructuras obsoletas y la competitividad de Canarias, así como impulsaríamos su diversificación económica
• En cuanto a la digitalización, es necesario revertir la modificación introducida por la Ley 8/2018, que eliminó la posibilidad de materializar la RIC en aplicaciones informáticas y de comunicación.
• Otra medida que podría tener un impacto social y económico significativo en nuestras Islas sería permitir la materialización de la RIC en vivienda. Esto permitiría que las empresas destinen parte de sus recursos a proyectos de construcción o rehabilitación de viviendas, naves y oficinas, con un retorno de inversión moderado.
En cuanto a la Zona Especial Canaria (ZEC), hemos sido testigos de su crecimiento sostenido, pero insuficiente desde 2014, tanto en el número de empresas registradas como en la creación de empleo. En 2023, la ZEC cuenta con más de 800 empresas y ha autorizado más de 11.000 empleos, cifras que reflejan su mejorable impacto en el empleo con escasamente un 1%, por lo que se hace necesario mejorar su potencial para la promoción y atracción de inversiones.
Parece evidente que la ZEC necesita una actualización para seguir siendo competitiva en el mercado global que ha crecido en la oferta de incentivos económico fiscales, Incorporando los servicios financieros y de seguros, especialmente las Fintech, como actividades permitidas.
Este sector está revolucionando la industria financiera a nivel mundial y tendría un potencial formidable para diversificar la economía canaria al atraer empresas tecnológicas e innovadoras.
Cerrando el análisis de los principales instrumentos en materia de inversión en Canarias, la DIC ha mostrado una recuperación significativa desde 2020. En 2022, se aplicaron deducciones por valor de 207,8 millones de euros, aunque todavía lejos de los 293 millones de 2013, por lo que hay que seguir trabajando en su mejora.
• Un aspecto clave es la flexibilización de los plazos de mantenimiento de los bienes afectos a la DIC, en particular los activos fijos nuevos (AFN).
• Asimismo, en situaciones de cesión o transmisión de la actividad empresarial, como en el caso de la sucesión familiar, proponemos que los nuevos titulares puedan subrogarse en los beneficios fiscales de la DIC. Esto aseguraría el sostenimiento del valor añadido creado, así como la continuidad y estabilidad de las empresas familiares, que son un pilar importante de nuestra economía.
En cuanto al IGIC, la reducción del tipo general al 5% sigue siendo un compromiso que debe materializarse sobre el beneficio que le aporta al conjunto de la economía canaria, aliviando la carga fiscal las familias.
Todo ello implicará un incremento en la actividad económica y por extensión, en la recaudación pública.
Por otro lado, hay que trabajar también en una mayor competencia a la hora de modificar los tipos para Canarias, de manera que la dependencia de la aprobación a nivel nacional sea menor, reduciéndose los tiempos y aumentando la eficacia y posibilidad de adaptación de estos a la realidad cambiante de la economía.
En esta línea y entendiendo que el esfuerzo fiscal debe ser proporcional a la divergencia entre el PIB per cápita canario y el europeo, es absolutamente necesario reducir la presión fiscal sobre las empresas, los autónomos y, en general, sobre toda la población canaria.
Hay que avanzar hacia una reducción de los tramos del IRPF y buscar fórmulas para reducir las cotizaciones sociales, utilizando y mejorando, figuras que ya se utilizan plenamente en otras regiones de la U.E., reforzándolas en las Islas no capitalinas.
Igual de necesario será reducir la fiscalidad sobre las rentas medias y altas con el fin de retener y atraer talento tal y como se ofrece actualmente en otras Comunidades Autónomas.
No quiero terminar mi intervención sobre la parte fiscal del REF sin hacer hincapié en la importancia de avanzar hacia lo que podríamos llamar una fiscalidad positiva, orientada a incentivar a las empresas a adoptar prácticas responsables y sostenibles.
Una gran oportunidad para fomentar el crecimiento de sectores emergentes vinculados a la economía verde y azul, así como la de cuidado de las personas, que están adquiriendo una relevancia creciente tanto en el presente como en el futuro económico de Canarias y del mundo.
INSTRUMENTOS ECONÓMICOS
En lo que respecta a los instrumentos económicos, es fundamental abordar la ampliación de las ayudas de minimis.
Actualmente, estas ayudas están limitadas a 300.000 euros, una cifra que resulta insuficiente para cubrir las necesidades de muchas empresas en Canarias. Por ello, proponemos una ampliación de este límite hasta los 500.000 euros y una revisión y refuerzo de los incentivos regionales, facilitando el acceso a fondos y apoyos más sólidos para fomentar el desarrollo empresarial y la inversión en nuestras islas.
En segundo lugar, es imprescindible reforzar las ayudas al transporte de mercancías, actualizando el periodo de pago, así como los precios reales y teniendo en cuenta las condiciones específicas de Canarias como Región Ultraperiférica (RUP).
Por ejemplo, transportar un contenedor de residuos reciclables de 20 pies desde Lanzarote a Tenerife cuesta 1.100 euros, mientras que el mismo transporte de Lanzarote a Sevilla cuesta 890 euros.
Esta discrepancia va en contra del mercado interior y los productos elaborados en Canarias.
Quiero subrayar también la importancia de activar el artículo 22 de la Ley 19/1994. De acuerdo con lo que estipula este artículo, mientras el PIB per cápita de Canarias se mantenga por debajo de la media nacional —como ocurre en la actualidad, con 24.370 euros en nuestra región frente a los 30.320 euros a nivel estatal— el Instituto de Crédito Oficial (ICO) debe mantener una línea de financiación en condiciones y tipos preferentes que no ha sido utilizado nunca desde su creación.
Avancemos en el desarrollo reglamentario del artículo 14 del REF de gestión de residuos, el marco está dispuesto, falta explorarlo e implementarlo de manera que enfrentemos los problemas estructurales de dependencia de importaciones y costes logísticos.
COMPARACIONES Y MESOECONOMÍA
A continuación, me gustaría poner de relevancia lo que están haciendo otras regiones, tanto de España como de Europa, en relación con los incentivos a la inversión. En Irlanda, por ejemplo, se ofrecen deducciones fiscales del 25% para actividades de I+D, lo que está atrayendo a empresas tecnológicas y científicas de todo el mundo. En Croacia, la apuesta es por la inversión en turismo sostenible, un sector en el que Canarias también puede y debe competir. Francia incentiva las producciones cinematográficas con deducciones de hasta el 30%, posicionando al país como un destino clave para grandes producciones internacionales. Finlandia está creando un ecosistema de innovación con un fuerte apoyo estatal, mientras que Alemania incentiva la producción de energía renovable con exenciones fiscales y tarifas garantizadas. En España, Baleares ha creado su propio marco fiscal, el Régimen Especial de Baleares (REB), cuya RIB compite directamente con nuestra RIC, afectando a nuestra competitividad en sectores clave. Y lo más significativo es que ninguna de estas regiones o países cuenta con el estatus de RUP, lo que resalta la urgencia de mantener un diferencial fiscal actualizado que nos permita competir en igualdad de condiciones con el resto de Europa.
En cuanto a las demás regiones ultraperiféricas, Madeira ha emergido como nuestro principal competidor directo, con un régimen fiscal que ofrece una tasa impositiva del 5% en su Centro Internacional de Negocios (CINM), en contraste con el 4% de nuestra Zona Especial Canaria (ZEC). A pesar de que la diferencia en las tasas puede parecer mínima, Madeira ha implementado una estrategia agresiva de promoción internacional, lo que le ha permitido atraer a más de 2.500 empresas extranjeras y acumular inversiones por un valor de 5.000 millones de euros en los últimos cinco años.
Por último y aprovechando la ocasión de dirigirme a todos ustedes, me gustaría y me parece oportuno, destacar la importancia de fomentar la mesoeconomía, es decir, las interacciones entre las instituciones públicas y el sector privado. Comunidades como Aragón han entendido a la perfección este enfoque, creando un entorno de inversión favorable que ha atraído inversiones que superan los 15.000 millones de euros en sectores como la tecnología y las energías renovables.
Para lograr esto, eso sí, debemos trabajar, complementariamente, en eliminar las trabas burocráticas y cargas regulatorias que ralentizan o impiden la materialización de proyectos.
Apostar por la simplificación administrativa es clave, ya que los procedimientos actuales, excesivamente complejos, impiden que el REF se aplique con la efectividad necesaria.
CONCLUSIÓN
En conclusión, debemos reconocer la realidad que hemos alcanzado.
El REF fue diseñado para una situación socioeconómica muy distinta a la que nos enfrentamos hoy.
En aquel entonces, Canarias contaba con una población de 1.549.420 habitantes y un PIB per cápita que se encontraba casi alineado con la media europea.
Sin embargo, hoy, con una población que supera los 2.213.016 habitantes, nos encontramos 32 puntos porcentuales por debajo de la media europea en términos de PIB per cápita, una economía sumergida galopante, una tasa de paro totalmente inaceptable y una confianza empresarial, local e internacional, claramente a la baja.
El REF ha sido la carrocería que ha protegido a Canarias durante años, pero sin el necesario combustible en su motor, esa misma carrocería deja de ser escudo y se convierte en un epitafio.
Tenemos la capacidad de construir un Régimen Económico y Fiscal que no solo responda a los desafíos del presente, sino que también siente las bases para un futuro más justo y próspero para todos.
La historia nos observa, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que escribimos un capítulo eficiente para las generaciones futuras. Por eso, les invito a intensificar los esfuerzos y trabajar juntos por un REF intergeneracional.
El momento de actuar es ahora.