Editorial: Datos que te ponen los pelos de punta.
Los datos ofrecidos ayer a través de los medios sobre la situación actual de los españoles y las estadísticas que nos ofrecen son realmente preocupantes.
Las familias que tienen dificultades para llegar a final de mes sobrepasan con creces el 50% y sigue subiendo. La desconfianza generalizada sobre las políticas del Gobierno nos sitúan en un callejón sin salida. La propia Constitución que avala y recoge el bienestar de los españoles y sus derechos básicos parece ser que no interesa excesivamente a quienes son los máximos responsables del Estado.
Empecinados en recortar el déficit, achicando en demasía los bolsillos de una gran mayoría en este país, ahogando las economía familiares, hasta tal punto que los meses se hacen muy largos, y algunos de esos días habrá que pasarlos con el estómago vacío. Lo malo es que nadie ayuda a nadie entre otras cosas porque el problema se ha generalizado. Los bancos a la vieja usanza usurera no prestan ni un euro y son reiteradamente rescatados con partidas que salen a costa del hambre de los españoles.
Una vez mas a aquellos que nos vienen prometiendo hasta la saciedad, día sí y otro también, que estamos en el buen camino, les decimos desde aquí que prioricen, que primero hay que atender las necesidades mas elementales de una población necesitada y después preocuparse de recortes y mas recortes. Hoy lo mas importantes es matar el hambre de muchos españoles.
El dinero para paliar la situación debe salir de los que más tienen, de aquellos que siguen despilfarrando en grandes comilonas, viajes escandalosos y viviendo en mansiones de lujo, ellos son los primeros que deben ajustarse el cinturón, entre otras cosas por que son los que tienen de sobra para echar una mano.
Para un rico, su problema es ganar mucho, y su situación se tambalea (según ellos), cuando en vez obtener unas ganancias de 1.000 millones,solo llegan a los 500. ¡Que penita nos da..! ¡Pobrecitos nuestros desafortunados millonarios!… Mientras millones y millones de personas pasan hambre en este país.
Y esto parece ser que va para largo.
Las estadísticas nos ofrecen datos de una manera fría y persistente de una situación que se sigue agravando.
¿Hasta cuando?