Editorial: Esto no hay quien lo entienda
Un hecho insólito se ha producido en el Juzgado de lo penal número 3 de Alcalá de Henares, al haber condenado a cuatro meses de prisión a un hombre que mató a palos a un cachorro de perro.
El hecho en sí no tiene mayor trascendencia, salvo si lo comparamos con los múltiples escándalos, robos, malversaciones de capital, tráfico de influencias, defraudación y múltiples delitos más que se pasean por los juzgados, para al final quedar libres por falta de pruebas o argucias legales.
Los animales tienen derecho a ser protegidos, eso nadie lo duda, y no deben ser castigados inútilmente por salvajes que le tienen poco aprecio a la vida en general. El suceso en sí es condenable, pero si lo comparamos con las cantidad de hechos luctuosos de todo tipo que ocurren en nuestra sociedad, la pena ejemplar del juzgado de Alcalá de Henares, aun siendo edificante, nos parece burlesca.
Hay quien reiteradamente sustrae millones de euros, y al final quedan libres, produciéndose una impunidad, al menos preocupante. La justicia debería ser mas sensible a los hechos que día a día vienen ocurriendo en el ámbito de lo antisocial. El ciudadano ve con estupor como manipulan abogados y presuntos culpables pruebas, que mas tarde, por razones de una legalidad insultante se van de rositas.
No hay que ir muy lejos, estos días se está hablando y mucho de la salida de «El Cuco», después de ser cómplice de la brutal muerte de Marta del Castillo, sin que hasta el momento haya aparecido su cuerpo.
Es cierto es que hay que ser sensibles con los animales, que no nos interpreten mal, pero también es cierto que de la misma forma que se cambió La Ley para su inmediata protección, habría que consultar al ciudadano a la hora de establecer un código que nos afecta a todos, y donde los ciudadanos con menos recursos se encuentran muchas veces desprotegidos.
El intento de aplicar mayores tasas judiciales en favor de aquellos que pueden pagarlas, no hace nada más que enmarañar el derecho de todos a una defensa digna.
Existen grandes escándalos, que aún están por resolver como los de los presuntos «dueños de los ajeno» Bárcenas o Urdangarin que al ciudadano le da, a veces la sensación, que hechos tan probados y manifiestos van a ser tratados con benevolencia. Es solo una sensación, la realidad la conoceremos dentro poco tiempo.
De todas formas está bien la condena al salvaje que con saña apaleo al pobre cachorro como medida ejemplar para evitar este tipo de salvajadas.