Editorial: Finaliza un curso conflictivo y mal aprovechado.
Van cayendo los meses y el curso académico escolar está apunto de finalizar.
Sin lugar a dudas ha sido un año muy difícil, sobre todo para las enseñanzas primarias y secundarias que han sufrido en sus carnes y talentos, los vaivenes de unos políticos muy poco sensibles a sus problemas. Ellos, los «enteraos», entre recortes y cambios sustanciales han hecho posible el desaprovechamiento de un curso que ha ido dando tumbos a lo largo de nueve meses. Seguramente para muchos será un curso perdido que con la nueva Ley cambiará estructuralmente el devenir de su futuro educacional. Lo que hace unos años era bueno hoy no sirve, a ver como se lo explican a los alumnos que siguen «boquiabiertos», viendo como sus mayores se enredan en peleas que nos les afectan, y que si tiene consecuencias para la optimización de sus estudios.
Entre jubilaciones y puestos que no se ocupan, recortes, parón de interinos en su acceso a la enseñanza, cambios en importancia de asignaturas, recortes económicos y potenciación de la enseñanza privada, 2012-2013 pasará a la historia como un curso lleno de incertidumbre. A todo ello hay que añadir que no es «moco de pavo», las continuas y permanentes movilizaciones de jóvenes, profesores y padres de alumnos que con persistencia y obstinación han tomado colegios y calles durante mucho tiempo, sin que por otro lado les hayan hecho mucho caso.
«Esto que estamos haciendo, es bueno porque debe ser así…» explicación autoritaria de un Gobierno que sigue obcecado con la «cabeza debajo del ala», sin escuchar a nadie.
Desde luego el Ministro Wert se va a hacer famoso, y no por ocupar páginas ingentes sociales, o por lo guapo que es, que él bien sabe que de eso nada, sino por haber puesto patas arriba a todo un sector con criterios partidistas y unilaterales. Desde luego queremos pensar que lo hace convencido, porque si fuera producto de una caprichosa maniobra para hacerse notar sería mucho más grave.
Habrá que recomponer todo esto, no sabemos como, aunque la experiencia nos dice, que luego y no pasará mucho tiempo, vendrán otros que le darán la vuelta a la tortilla, volviendo de nuevo a confundir a los más jóvenes y poniendo de nuevo «patas arriba» la enseñanza. Las veleidades educativas las cometen los que nos mandan y lo pagan los que menos culpa tienen, y los que de verdad lo necesitan… los jóvenes.
Seguimos pensando que la educación no debería estar en manos de los políticos… ¿cual sería la solución?… Habrá que buscarla… y a todo esto el curso 2012-2013 se nos va sin penas ni gloria… ¡Ole por los políticos!.