Editorial: Los políticos que sacan tajada de todo
Lo de la «piedra» de Gibraltar está complicando la política exterior e interior de España. Los avezados políticos que tenemos reparten «improperios» interminables a los adversarios, sin pensar en el daño que le hacen al país.
Los socialista se empeñan, aprovechando que el «Pisuerga pasa por Valladolid» en vapulear al enemigo (PP), a ver si a rio revuelto consiguen descalificar definitivamente a Rajoy y echarlo de la Moncloa. Los populares diestros en maniobras orquestales justifican con una falta de credibilidad apreciable hechos y situaciones que poco a poco los van colocando al borde de la cima, todo ello con la ayuda de la UPyD de Rosa Diez y los de Izquierda Unida de Cayo Lara, que ven con enorme satisfacción que lo único que les queda a los españoles son sus formaciones políticas, sacándole una rentabilidad inimaginable hace apenas un año.
A todo esto Pilardo (Presidente del Peñón) aprovecha todo este desbarajuste y confusión en proclamar al mundo su gran fidelidad a Cameron. haciéndose cada vez más fuerte y rentabilizando al máximo apenas unos metros cuadrados. «El señor de Gibraltar», es listo, debió de aprender de sus grandes maestros ingleses, mientras que los nuestros siguen dando la imagen triste de país poco maduro políticamente.
Enredarnos en echarle un pulso a Pilardo, es como si un tirador dispara a una mosca, sería totalmente desproporcionado y fuera de lugar. El Problema está en Inglaterra, miremos por donde miremos el asunto. Ellos son los que protegen los comportamientos inapropiados de los gerifaltes del Peñón… y luego claro… como no nos atrevemos con Inglaterra arremetemos con furia contra unos cuantos habitantes de ambos lados que sufren las intransigencia de españoles e ingleses sin comerlo ni beberlo.
El problema de Gibraltar creado por un Rey torpe, débil y como siempre ocurre en este país falto de apoyo, propició la cesión de Gibraltar a perpetuidad al Reino Unido, salvo que éste decida renunciar voluntariamente a su protección colonial.
Y es ahí donde hay que solucionar las cosas, directamente, sin intermediarios interesados.
Eso es lo que hay que hacer y dejarnos de luchas interiores y pamplinas goyescas.