Editorial: Suarez defenestrado y posteriormente ensalzado por una hipócrita clase política
25 marzo /El Diario de Canarias
Uno siente vergüenza de una clase política hipócrita, interesada y en un porcentaje importante corrupta. Los que ayer metían la nariz y se habrían paso a empujones, llevándose por medio todo lo que les estorbaba, hoy son fieles seguidores del «suarismo», poniéndolo como ejemplo de recuperación de unos políticos que solo saben enmarañar y ensuciar con sus falsos elogios y reconocimientos la figura del hombre más grande que dió España en la reciente democracia del país una vez fallecido el Dictador.
Franco dijo.. «Todo está atado y bien atado…».. y llevaba razón, pero no contó jamás con la valentía y la determinación de un hombre, solo un hombre, que aún sabiendo lo que se le venía encima y que incluso podría llegar a perder la vida, fue capaz de enfrentarse a todos para restaurar las libertados de un país maltrecho, vencido y desahuciado por el resto del mundo.
Su trayectoria estuvo llena de espinas y caminos tortuosos, tuvo en contra a los militares con todo su poderío adquirido durante tantos años de dictadura, al Opus y a la iglesia que lo tildaron de falso católico, cuando la realidad es que fue mejor creyente y persona que todos ellos, a los políticos de su propio partido, que intentaron de mil formas que no continuara con su calculada reforma profunda del Estado, y a una oposición cruel, que arremetió contra él con especial virulencia. Quizás y curiosamente, uno de sus valedores, que supo jugar limpiamente en aquella incipiente democracia fue Santiago Carrillo, que supo a lo largo del tiempo mantener sus compromisos.
No existe el más mínimo pudor a la hora de ensalzar a nuestro ilustre personaje, por aquellos que dijeron barbaridades hasta que se lo quitaron de en medio. No son capaces de ir al WC a hacer gárgaras y lavarse la boca antes de mencionar la palabra Suarez. Les da igual, a esta clase política desmemoriada y descerebrada que rige los destinos de nuestros país, le importa tres cominos bajarse los pantalones y salir en la foto mil veces con tal de continuar cumpliendo con sus objetivos y ambiciones.
No nos extraña que con todo lo que vivió y padeció ADOLFO SUAREZ con mayúsculas, le reventará un día la cabeza y perdiera la noción del tiempo y de la vida, era imposible mantener tanta tensión y sobre todo memorizar tanto desatino.
Los reconocimientos póstumos, después de habérselas hecho pasa canutas no sirven para nada, la historia machacona contará, pese a quien pese, el gran sacrificio de este hombre. Los prebostes de turno no saben que hacer para ensalzar y elevar a los altares a Adolfo Suarez, le ponen su nombre a un aeropuerto, crean museos de la transición en torno a su figura, ponen nombre a calles en su memoria, lo hacen hijo predilecto de ciudades, y no cambian el nombre de España por el de Estado Adolfo Suarez de milagro.
Amigos involucrados en la política, no hablen de seguir su ejemplo, porque no tienen lo que hay que tener.
Al margen de las ideas y valorando solo los hechos, Suarez será sin duda uno de los grandes de España.