Editorial: ¿Y ahora la UGT andaluza?
¡Ya lo que nos faltaba…! Le toca el turno del chapuceo a la UGT andaluza. Ahora resulta que los chicos buenos de la UGT en Andalucía solicitaban fondos a de las arcas de la Junta de Andalucía para pegarse unas juergas de padre y muy señor mío, a base de jamón, buen queso, diversas raciones de fritos jugosos y los clásicos rebujidos propios de las ferias andaluzas.
Hace no mucho tiempo saltó a la palestra informativa algo parecido, con los mismos actores en cuestión por una supuesta utilización de fondos públicos dedicados a fomentar el empleo y que se utilizaron para la propaganda del propio sindicato en manifestaciones públicas.
¡Esto no hay quien lo entienda..! o quizás sí.
No hay quien escape a la corrupción y a la mala utilización de los fondos públicos, dedicados mas a las fiestas y el enriquecimiento, que a sus verdaderos objetivos de paliar el hambre, sacar al país de la crisis y facilitar el empleo de muchos (muchísimos), trabajadores que lo están pasando muy mal. Y luego aparece una «presunta» descerebrada que dice que le van a pedir dinero para matar el hambre, mientras se lo gastan por otro lado en «cuentas de Twitter».
¡A donde vamos a llegar..!
Casi es mejor que no sigan saliendo temas escabrosos a la palestra porque vamos a terminar «tarambanas» del todo, nos van a volver locos y continuaremos indignados bajo una impotencia cada día más preocupante. Aquí parece ser ya no se salva nadie, hay demasiada gente que vive del cuento a costa de unos pocos ciudadanos que los asfixian con impuestos, mientras otros, políticos de postín, pasan sus vacaciones en la Marbella del lujo y las fiestas.
Hay algo claro, esto hay que cambiarlo y hay que dar un escarmiento a todos los «chorizos con privilegios», que no saben utilizar y distribuir en condiciones el dinero de todos. Están consumiendo un patrimonio del cual todos somos en mayor o menor medida propietarios, lo pagamos con nuestros impuestos.
Y para mas «inri» involucran a cientos de miles de españolitos desesperadas a salir a las calles, mientras ellos (unos cuantos), se ponen morados en las fiestas andaluzas.
¿Os apetece un rebujito?
¡Viva el despiporro..!