El asesino de la cocinera hacía labores comunitarias en prisión desde 2018 sin incidencias
14 de marzo 2024/Agencias
El preso que supuestamente mató a una cocinera en la cárcel de Mas d’Enric de El Catllar (Tarragona) y luego se suicidó trabajaba en la cocina de la prisión desde 2018 sin conflictos, aunque los servicios penitenciarios revisarán ahora si hubo errores al valorar su itinerario de reinserción.
Según han informado fuentes próximas al caso, el interno, que cumplía los tres últimos años de una condena de 11 años de cárcel por asesinar a puñaladas a una mujer prostituida en 2016, hacía labores comunitarias en la cocina de la prisión desde 2018, en el marco del itinerario enfocado a la reinserción.
Los Mossos d’Esquadra investigan el crimen, ocurrido este miércoles por la tarde, en un caso en el que todas las hipótesis siguen abiertas, para averiguar el detonante de la agresión mortal a la cocinera.
Según las fuentes, el preso, natural de Rumanía, no se había visto involucrado desde que trabajaba en la cocina en ningún incidente ni se había mostrado conflictivo, por lo que se le mantenía el itinerario para la reinserción con trabajos comunitarios.
De hecho, estos trabajos comunitarios, que dan cierta libertad de movimientos al preso en la cárcel, no están vinculados al delito por el que fue condenado, hasta el punto de que un porcentaje muy elevado de los internos que ejercen este tipo de labores en el centro de reinserción cometieron delitos violentos, según las fuentes.
Por el momento, no consta que el preso, que según estas fuentes no sufría ninguna patología mental, hubiese asediado a la cocinera a la que supuestamente mató con arma blanca para, posteriormente, suicidarse.
En su evolución en la cárcel no constaba tampoco ningún comportamiento previo que hiciera pensar que pudiera tener una reacción violenta, según las fuentes.
En cualquier caso, aseguran la fuentes consultadas, Instituciones Penitenciarias de la Generalitat ha abierto una información reservada para comprobar si en el proceso para permitir que este interno hiciera labores comunitarias en la cocina se produjo algún error de valoración.
El interno, I.S.O., fue condenado por la sección cuarta de la Audiencia de Tarragona en abril de 2018, a partir del veredicto de un jurado popular, a 11 años de cárcel por un delito de asesinato con las atenuantes de embriaguez y confesión.
El interno, que había ingresado en prisión preventiva por este crimen el 24 de abril de 2016 tras entregarse en la Comisaría de la Policía Local de Valls (Tarragona) confesando el asesinato, finalizaba el periodo de condena de cárcel en 2027, dentro de tres años.
El acusado, vecino de Valls, había conocido en diciembre de 2015 a la víctima del crimen por el que fue condenado, una mujer prostituida, rumana como él, y que entonces tenía 47 años, a través de los anuncios en páginas de contactos por internet.
La consellera de Justicia, Gemma Ubasart, ha expresado este jueves su apoyo a los funcionarios de prisiones, en un momento en que todos los sindicatos piden de forma unánime su dimisión.