El Cabildo otorga la Gran Distinción de Nivaria al pintor tinerfeño Cristino de Vera
El Pleno decide por unanimidad conceder el máximo galardón al artista por su trayectoria en el ámbito de la cultura
27 de septiembre de 2024. El Cabildo de Tenerife ha concedido la Gran Distinción de Nivaria al pintor tinerfeño Cristino de Vera. Esta decisión fue acordada en el Pleno celebrado hoy (viernes) por unanimidad.
La presidenta de la Corporación, Rosa Dávila, destacó la figura y trayectoria de Cristino de Vera, “un pintor inigualable con una poética personal que lo encumbran entre los representantes más insignes del arte contemporáneo español. Premio Nacional de Artes Plásticas en 1998 y Premio Canarias de Bellas Artes en 2005, Cristino de Vera ha plasmado en sus lienzos la luz y el silencio lo que le ha marcado como un artista único que se inscribe en una tradición española, que es la de Zurbarán y Luis Fernández, pero también la de Juan Gris. Además, nunca se ha olvidado de su tierra natal, Tenerife y en 2009 inauguró la fundación que lleva su nombre en La Laguna”, señaló Dávila.
Se trata de la primera vez que se concede la Gran Distinción de Nivaria que constituye la más alta distinción honorífica que otorga el Cabildo Insular de Tenerife. Con ella no se pretende premiar trayectorias ni acciones destacables circunscritas a la isla, sino reconocer los méritos extraordinarios que concurran en personas físicas, entidades, instituciones y colectivos, nacionales o extranjeros, que, por su excepcional y singular trascendencia o contribución a la sociedad en cualquier ámbito de la actividad humana y en cualquier contexto geográfico y social.
Datos biográficos
Cristino de Vera nace en Santa Cruz de Tenerife en 1931. En el año 1946, ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz de Tenerife, donde tiene como profesor a Mariano de Cossío, su primer maestro. Asiste a la vez a clases de dibujo en el taller del escultor Alfonso Reyes y trabaja con su padre como representante de productos farmacéuticos.
En 1951, se traslada a Madrid y, gracias a la intervención de su maestro Cossío, entra bajo la tutela del pintor Daniel Vázquez Díaz, con quien estudia arte junto a otros discípulos suyos como Rafael Moneo o Canogar. Durante su estancia en Madrid, un joven Cristino de 17 años pinta con luz natural mientras escucha música, en su estudio por la zona de Bilbao. Los viajes formativos al exterior propician que el proceso de aprendizaje técnico de muchos artistas canarios se complemente con los hallazgos personales e intelectuales y el conocimiento de otras realidades artísticas. Los únicos artistas canarios conocidos en la escena nacional del siglo XX son los que habían emigrado como Cristino de Vera, Óscar Domínguez, Manolo Millares, Martín Chirino, César Manrique o Juan Hidalgo.
De Vera, entra en contacto con los grandes maestros del Museo del Prado, donde pasa las tardes y queda prendado de las obras de Zurbarán. También frecuenta el Casón del Buen Retiro y el Círculo de Bellas Artes madrileño que, junto a sus clases en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y su asistencia a exposiciones artísticas de gran nivel como la I Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en la capital, van gestando en él un estilo y una estética que se tornan únicos e inconfundibles con el paso del tiempo.
En 1962, Cristino de Vera recibe la beca de la Fundación Juan March para viajar por Europa. El pintor, ávido de ver mundo y descubrir el arte de cada lugar, se convierte en un viajero incesante. Durante los años 60, visita lugares como Francia, diferentes regiones de Italia, Bélgica y Holanda. Logra ver las obras de Boticelli en la Galería Uffizzi de Florencia, en París a Picasso, saludar a Cocteau o dar la mano al artista Giacometti. Al finalizar escribe la memoria de viaje que exige la beca para la Fundación Juan March y que está recogida en el libro La palabra en el lienzo, publicado por la Caja General de Ahorros de Canarias en el año 2006. En los años 70, continua su periplo por Europa con su mujer, la psicóloga Aurora Ciriza, su apoyo incondicional.
Sin dejar de visitar, tanto por su labor artística como por vida personal, las islas Canarias, llega a Nueva York en 1974 y, en 1979, realiza varios viajes por Extremo Oriente (Japón, Bangkok, Nepal y China), la India, Méjico, Egipto, Marruecos, Roma, Paraguay y Brasil. Son años difíciles, intensos, en los que se están construyendo los cimientos de la cultura de la democracia en España y su pintura se presenta como congelada en el tiempo, al servicio de la meditación y de la contemplación. Una nueva mística que, después de idas y venidas en exposiciones, individuales y colectivas, hacen de Cristino un artista enigmático y, a la vez, fundamental en el arte español de finales del siglo XX.
Su biografía se convierte en película gracias a Miguel G. Morales, por encargo de CajaCanarias para la Fundación Canaria Cristino de Vera, en abril de 2005, titulada Cristino de Vera. Al silencio. El documental obtiene la Mención de Honor en el “XXII Festival Internacional de Cine” de Bogotá. Actualmente, el pintor vive con su mujer en Chamberí (Madrid), donde lleva una vida tranquila de lectura y música clásica, visitando, siempre que puede, su tierra natal.
Reconocimientos
Cristino de Vera recibe la Medalla de Oro de Canarias en 1996. Al año siguiente, realiza una donación de una treintena de obras, entre óleos y dibujos, realizados entre 1957 y 1997, a la Comunidad Autónoma Canaria. Cultura asume el compromiso de mostrar este legado a todo el archipiélago mediante sucesivas exposiciones. En 1998, el Ayuntamiento de Granadilla en Tenerife le concede la Insignia de Oro y en diciembre de ese año, el Ministerio de Educación y Cultura le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas 1998.
Entre sus reconocimientos artísticos también se encuentra la Medalla de Oro a las Bellas Artes por sus majestades los reyes de España en 2002 y el Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación 2005. Ese mismo año, ingresa en la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel como académico de honor. En 2009 se inaugura la Fundación Canaria Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanaria en San Cristóbal de La Laguna, con asistencia de sus majestades los reyes de España.
A parte de premios y menciones, diferentes espacios expositivos nacionales del más alto nivel celebran exposiciones individuales del artista, como “Cristino de Vera, en la casa del tiempo”, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, siendo el primer artista vivo que expone en este museo.
A esta larga lista de galardones se suma ahora la Gran Distinción de Nivaria del Cabildo de Tenerife.