El Círculo celebra que Gran Canaria sea sede del Mundial de Fútbol de 2030

 

· Con el busto de Bravo Murillo como símbolo, esta entidad defendió ante la Real Federación Española de Fútbol su candidatura, con los mismos argumentos que el precursor de la Ley de Puertos Francos, una norma que impulsó la economía isleña y constituyó un importante incentivo fiscal para el comercio

 

Las Palmas de Gran Canaria, 20 de julio de 2024. El Círculo de Empresarios de Gran Canaria ha celebrado y ha recibido con ilusión la designación de la isla como una de las sedes oficiales del Mundial de Fútbol de 2030. Un evento deportivo organizado por España, Portugal y Marruecos.

 

Según señaló Juan Ramírez Said, presidente del Círculo de Empresarios de Gran Canaria, “va a suponer un hito histórico para la región, un impulso para la promoción y el desarrollo cultural, deportivo, social y económico de toda Canarias. Además, estamos muy orgullosos de haber formado parte de las entidades que defendieron esta candidatura”.

 

El pasado mes de noviembre, el ex presidente del Círculo, Agustín Manrique de Lara, y por invitación del Cabildo de Gran Canaria, defendió ante la Real Federación Española de Fútbol que la isla fuera sede de este evento deportivo de máximo nivel. Lo hizo acompañado de un busto de Bravo Murillo (un premio que recibió esta entidad de manos de la Gaveta Económica por la defensa del fuero canario). De esta manera, expuso los mismos argumentos que el precursor de la Ley de Puertos Francos hace 171 años para poner en marcha una norma que impulsó la economía isleña y constituyó un importante incentivo fiscal para el comercio.

 

Reproducimos a continuación aquel discurso:

 

He querido que me acompañe una persona querida en nuestra tierra, que, sin ser canario, entendió nuestras necesidades y nuestras capacidades.

 

En 1852, hace 171 años, Juan Bravo Murillo, Presidente del Consejo de Ministros y ministro de Hacienda, nacido en Fregenal de la Sierra (Badajoz), publicaba un Real Decreto que afectaba a Canarias.

 

En la exposición de motivos de ese Real Decreto justificaba a Isabel II, Reina de España, por qué Canarias merecía y necesitaba esa medida. Y, entre otras cosas, decía:

 

“Difícilmente se hallarán otros a quiénes la Providencia haya colocado más ventajosamente sobre la superficie del globo que los que habitan aquellas islas, que los antiguos llamaron Fortunadas. Y, sin embargo, contra todo lo que de los beneficios de la naturaleza parece que debería esperarse, pocos habrá en todos los dominios españoles cuya suerte sea menos lisongera…

 

Grande debería ser la concurrencia de naves de todas las naciones en los puertos de Canarias, como punto el más avanzado, y el primero y último descanso para las expediciones que desde Europa se dirigen, ya al Nuevo Mundo buscando los vientos constantes que soplan hacia el Occidente, ya a la frontera costa de África, ya a los mares del Asia y de la Oceanía. Y esta escala debería hacerse en el día más forzosa a medida que se multiplican las líneas de navegación por medio del vapor…

 

A pesar de todo, Señora, aquella concurrencia es más escasa de lo que naturalmente debiera. De los buques que cruzan por aquellas aguas, apenas hay quien deje allí resultados mercantiles de su tránsito: los más saludan de lejos el pico del Teide, como si Dios hubiera levantado aquella maravilla para la estéril admiración de los hombres… Por fortuna, Señora, el mal no depende de causas incontrastables: el remedio no se halla fuera del alcance de la legislación”.

 

Juan Bravo Murillo en ese Real Decreto no estableció que Gran Canaria debía ser sede del Mundial de Fútbol masculino que se celebrará en 2030. Por eso estamos hoy aquí, en la calle Bravo Murillo, para justificar y pedir, con los mismos argumentos que él utilizó para decretar los puertos francos en Canarias, que seamos sede del Mundial.

 

Es bueno recordar que Gran Canaria y su puerto de La Luz fue el punto de avituallamiento que empleó el barco que llevó a los futbolistas europeos a Uruguay en 1930 para participar en el primer mundial de fútbol.

 

Si la FIFA y la RFEF quieren celebrar el centenario del mundial no deberían pasar por alto que sin Gran Canaria dicho mundial no se podía haber realizado.

 

Al final nuestra isla fue ese último lugar en el que pudieron descansar y tomar fuerza los jugadores europeos que participaron en dicho mundial antes de cruzar el atlántico.

 

La RFEF debería hacer honor a lo que hicimos los grancanarios entonces: acoger a sus jugadores, dando a la isla la condición de sede que se merece.

 

En 1982 nuestra candidatura no prosperó, pero nuestra cultura del esfuerzo, de la moderación y búsqueda continua de caminos que nos lleven al consenso, lejos de desanimarnos, nos llevó a preparar el camino poniendo nuestra mirada en 2030, el que yo definiría como el Mundial de los símbolos, el Mundial que busca el encuentro pacífico de civilizaciones.

 

Hemos hecho los deberes: tenemos el estadio adecuado, una de las mejores plantas alojativas del mundo, la que gestiona más pernoctaciones anuales en toda Europa (más de 100MM), disponemos de una excelente conectividad aérea, marítima y digital. Y, sobre todo, somos una sociedad pacífica, moderada en sus costumbres y leal, que nunca ha fallado en los encargos que ha recibido, y esto no

lo digo yo, lo dijo Juan Bravo Murillo en el mencionado Real Decreto que parece redactado para esta ocasión.

 

Canarias es lugar de encuentro de civilizaciones, nuestros lazos con Marruecos, Argentina, Paraguay y Uruguay son muy estrechos, y sin Canarias no pueden entenderse los vínculos de la Península Ibérica con África y América.

 

España no participó en la Copa Mundial de Fútbol de 1930 en Uruguay, a pesar de haber sido invitada, debido fundamentalmente a la larga duración del viaje marítimo transatlántico que había que realizar. Pero sí participó un canario, Pedro Suarez, que vistiendo la camiseta argentina

jugó la primera gran final.

 

Ha llegado nuestra hora, queremos ser sede del Mundial 2030, queremos serlo porque creo que lo merecemos, porque España tiene que apostar por el Sur, porque esta región ultraperiférica, frontera sur de Europa, está preparada, y, además, porque lo necesitamos.

 

Canarias se está alejando en renta y condiciones de vida de la media española y europea, necesitamos que se lance un mensaje inequívoco de que este territorio insular puede

competir en igualdad de condiciones.

 

Por interés socio-económico, por ser punto de encuentro de culturas y civilizaciones diversas, por nuestro arraigo y compromiso históricos con el Fútbol, y, sobre todo, porque estamos preparados para asumir con éxito el reto, queremos ser designados sede del Mundial 2030.

 

Para terminar, parafraseando a Bravo Murillo, simplemente decir que, por fortuna, esto no depende de causas incontrastables, la designación de Gran Canaria como sede no se halla fuera del alcance de ustedes!