EL CONGRESO SOBRE DERECHOS HUMANOS Y GLOBALIZACIÓN DE LA ULL CIERRA APELANDO A LA DIVERSIDAD CULTURAL
Varios estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación –de origen italiano, nepalí y brasileño- dieron lectura hoy 11 de abril a la Declaración de Guajara, un documento que pone el broche final a la sexta edición del Congreso Internacional de Derechos Humanos y Globalización, celebrado esta semana en la Universidad de La Laguna, en colaboración con la de Sevilla.
El texto rechaza frontalmente la xenofobia y el señalamiento de las personas migrantes, reconociendo su derecho a la libre circulación. Igualmente, el centro universitario se rebela ante el hecho de que el mar de nuestras islas se haya convertido en una fosa común para tantas familias. La diversidad cultural es un valor para la sociedad y su progreso, añade, y reconoce el papel de la investigación en esta materia.
El cierre de este evento ha coincidido con la convalidación en el Congreso de los Diputados del decreto ley que promueve la redistribución de los niños y niñas migrantes en caso de saturación de la comunidad autónoma de destino, permitiendo así que de forma solidaria todo el país contribuya al bienestar de estas personas. Este asunto fue ampliamente mencionado en el acto de clausura, presidido por el rector, Francisco García, quien recordó que “hay que poner normas cuando falla el sentido común, poniéndonos las ‘gafas de los derechos humanos’”.
En momentos de gran convulsión internacional, el actual repliegue de las fronteras, con consecuencias en el plano económico muy desastrosas, no es además una buena noticia para los migrantes, añadió. “Por eso me siento muy orgulloso de que estas dos universidades públicas, La Laguna y Sevilla, hayan sacado a la luz en este congreso diferentes elementos de este fenómeno global”, agregó. “Es un error negar la diversidad, hay que apostar por la migración como un recurso fundamental para encarar el futuro”.
José Segura, director general de Casa África, también participó en el evento, señalando que es muy reconfortante estar en un congreso de la Universidad de La Laguna “para hablar de seres humanos que, en el ejercicio irreductible de su libertad, deciden buscar otros horizontes”. La experiencia de Canarias en estos dos últimos siglos en torno a la emigración es excepcional, recordó. “En los últimos 30 años hemos vivido la experiencia inversa, que ha recogido personalmente en 18 monografías. “Las universidades públicas canarias, organizaciones no gubernamentales y otras entidades han armado un mecanismo intelectual en torno a este fenómeno”, sostuvo, además de destacar en medio de este proceso el inmenso valor de las personas voluntarias que están en los puntos de acogida.
Alfonso Cabello, viceconsejero de Presidencia del Gobierno de Canarias, también se refirió a la coincidencia de la celebración del congreso con la convalidación del decreto ley. “Este congreso ha aportado su visión en el cambio de conciencia de Europa, que ahora sí mira al sur”, indicó. “No hay muros altos para frenar una necesidad de supervivencia, y por eso hay que diferenciar aquello que debe estar por encima de la política”.
Anselmo Pestana, delegado del Gobierno en Canarias, se refirió a la exaltación de la crueldad en la política, y también en los medios de comunicación, especialmente con el fenómeno migratorio. Describió la mejora paulatina de los centros de acogida en las islas en los últimos tiempos. Con la aprobación parlamentaria, no dudó en afirmar que “hoy este es un país mejor”, para añadir que congresos como este y el trabajo de las universidades en favor de los derechos humanos son muy oportunos. En el acto de clausura también estuvo presente Mamadou Agne, representante de ONU Migraciones en Canarias.
Migrantes y refugiados
El congreso de la Universidad de la Laguna contó con la conferencia de clausura de Antonio Campillo, profesor de la Universidad de Murcia, quien analizó, entre otros asuntos, la diferencia entre migrante y refugiado que, desde su punto de vista, ha quedado obsoleta. La legislación en esta materia está completamente desfasada, dijo, dado que la mayor parte de las migraciones son forzosas, porque nadie abandona su país por placer. “Lo que sucede es que esta distinción entre unos y otros interesa a los estados para poder discriminar”.
Desde su punto de vista, el auge del neoliberalismo y del fascismo está motivado por el cierre de fronteras, “por salvar a los blancos del norte frente a los negros del sur”, y ese es el discurso imperante. “Lo que está en juego es saber quién tiene derecho a vivir en espacios de seguridad y quién no”.
En 2023 un total de 24 millones de personas se desplazaron a causa de los desastres naturales, aunque una parte regrese después, apuntó el experto. En todas las cumbres del clima los estados piden responsabilidades comunes pero diferenciadas, porque hay una injusticia climática que debe ser compensada, de tal manera que los países del sur puedan realizar su transición energética y prever un futuro más sostenible con otro modelo productivo. Nada de eso se ha cumplido. Así, Latinoamérica, África y Asia del sur son las zonas del planeta con mayores vulnerabilidades frente al cambio climático, justo los países que menos contaminan. “Es decir, por un lado, están los países emisores de efecto invernadero y por otro, los receptores. Por el contrario, con la migración los jóvenes del sur serán los que cuiden a los ancianos del norte”, concluyó.