El déficit público cierra el primer trimestre en 4.541 millones, un 34,9 % más
01 de Junio 2024/Agencias
El déficit del conjunto de las administraciones públicas, con la excepción de las locales, cerró el primer trimestre en 4.541 millones de euros, una cifra superior en un 34,9 % a la del mismo periodo de 2023 y que equivale al 0,29 % del PIB.
De acuerdo a los datos de ejecución presupuestaria publicados este viernes por el Ministerio de Hacienda, los gastos públicos aumentaron un 4,5 % en esos tres meses -impulsados principalmente por los intereses de la deuda y las inversiones-, más que los ingresos públicos, que se incrementaron un 3,7 %.
La Administración central cerró marzo con superávit de 131 millones -un 82,1 % inferior al de 2023 debido al repunte del gasto en intereses, remuneración de asalariados y consumos intermedios-, un saldo positivo que se produjo gracias a los organismos de la Administración central, ya que el Estado mantuvo un déficit de 563 millones.
Las comunidades autónomas acumularon un déficit de 5.934 millones, el doble que un año antes y un 0,38 % del producto interior bruto (PIB), debido tanto a un aumento de los gastos, sobre todo salariales, como a las menores transferencias recibidas del Estado.
Solo dos comunidades autónomas terminaron el trimestre con superávit, Asturias y Navarra, mientras que el déficit estuvo encabezado por Baleares, donde alcanzó el 0,89 % de su PIB.
Por lo que respecta a la Seguridad Social, logró un superávit de 1.455 millones (un 0,09 % del PIB) frente al déficit del pasado año tras registrar un fuerte aumento de los ingresos.
El Estado logra estabilidad presupuestaria hasta abril
Hacienda también ha avanzado los datos de ejecución presupuestaria del Estado hasta abril, un periodo en el que registró un déficit de 60 millones, un 97,2 % menos que en 2023 y que, en la práctica, supone equilibrio presupuestario, ante el crecimiento de los ingresos y la contención de los gastos.
En los cuatro primeros meses del año los ingresos del Estado ascendieron a 84.130 millones de euros, un 2,8 % más, principalmente gracias al empuje de la recaudación tributaria, que creció un 6,4 %, hasta los 72.182 millones.
La recaudación por IRPF se disparó un 17,9 % animada por los mayores rendimientos del trabajo y a pesar del impacto de la reducción para rentas bajas (713 millones) y de las devoluciones a algunos mutualistas (126 millones), mientras que los ingresos por IVA aumentaron un 2,4 % en un contexto de retirada de los beneficios fiscales para contener la inflación.
La recaudación del impuesto de sociedades aumentó un 5,3 % gracias tanto a los mayores beneficios obtenidos por las empresas como a la limitación para la compensación de bases imponibles negativas de los grupos, y a pesar de que se han tenido que devolver 300 millones por la anulación de la reforma del impuesto de 2016.
Los gastos repuntaron un 0,2 %, hasta los 84.190 millones, ya que el descenso de las partidas de subvenciones, cooperación internacional y ayudas a la inversión permitió compensar el fuerte repunte experimentado por otras.
El gasto en intereses de la deuda se disparó un 16,2 % en un entorno de subida de tipos; el de consumos intermedios, un 9,9 %, debido en parte a los gastos electorales (204 millones), y la remuneración de asalariados, un 3,8 %, después de que los empleados públicos cobraran atrasos.