“El IPC de diciembre sube al 2,8% en plena campaña navideña”
31 DE DICIEMBRE 2024
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado el indicador adelantado del Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondiente a diciembre de 2024, que refleja un incremento interanual del 2,8% a nivel nacional. Este aumento supone cuatro décimas más que el dato registrado en noviembre, igualando el nivel alcanzado en julio de este año.
La inflación subyacente, que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos, se sitúa en el 2,6%, lo que representa un incremento de dos décimas respecto al mes anterior. Esta subida refleja una aceleración en el precio de bienes y servicios estables, consolidando la presión inflacionaria sobre el conjunto de la economía.
El repunte del IPC general responde principalmente al encarecimiento de los carburantes, cuyos precios han experimentado un ascenso superior al registrado en diciembre de 2023. A esto se suma el incremento en los precios del ocio y la cultura, factores que también han contribuido a la evolución inflacionaria del mes.
Este comportamiento contrasta con la tendencia descendente observada en el mismo periodo del año anterior, lo que pone de manifiesto la volatilidad persistente en los mercados energéticos y su efecto directo sobre el poder adquisitivo de los consumidores.
Aunque diciembre refleja un repunte puntual, la inflación media de 2024 se ha moderado, situándose en el 2,8%, ocho décimas por debajo del promedio de 2023 (3,6%). Esta desaceleración refleja parcialmente el impacto de las políticas económicas implementadas para contener los precios y estabilizar los mercados.
Sin embargo, de cara a 2025, la evolución de los precios estará condicionada por la retirada progresiva de ayudas públicas y la incertidumbre en los mercados energéticos. La eliminación de las subvenciones a la electricidad y el gas, junto con el fin de las reducciones de precio en los alimentos básicos, podría añadir nuevas presiones inflacionarias durante el primer trimestre del año, afectando tanto a los hogares como a las empresas.
En este contexto, se recomienda a empresas y consumidores adoptar medidas de planificación financiera que permitan afrontar con mayor resiliencia posibles fluctuaciones en los precios de bienes esenciales y servicios energéticos.