Entrevista al dibujante Víctor Santos

VÍCTOR SANTOS 1

29 de Septiembre 2024

VICTOR SANTOS, historietista: 

 

“Existe el miedo a que alguien con un lápiz y papel pueda crear sus propias historias”

 

El valenciano Víctor Santos es probablemente uno de nuestros dibujantes más internacionales con trabajos que han obtenido importante reconocimiento en Estados Unidos, Alemania y Francia. Nació en 1977 en Valencia, lleva ya dos décadas viviendo en Bilbao y comenzó en este mundo a través de la autoedición junto con más amigos que se autodenominaron Siete Monos hasta que consiguió profesionalizarse hace unos veinte años. Los críticos destacan de él que es “muy prolífico” y debe ser verdad porque ha sacado a la calle una treintena de trabajos en los que apenas se observan superhéroes como protagonistas pese a haber trabajado con Marvel y DC. Ha podido alternar el dibujo de Godzilla con el de personajes propios y trabajos más personales sobre temáticas como la corrupción .. adaptada a Neflix o una biografía de Kurosawa. Está catalogado como un autor de acción y ficción pero él no está del todo de acuerdo.

 

-Siempre te etiquetan y los americanos me tienen muy marcado en el género negro y la acción y eso me gusta, cuando necesitan hacer algo al estilo noir siempre me llaman a mí.

 

-Supongo que estarás harto de que te comparen con Quetin Tarantino. 

 

-Le tengo un poco de manía aunque me gusta mucho pero es lo más socorrido porque es muy popular y aglutina un montón de influencias que yo tengo también. Me encanta porque tenemos los mismos gustos como el manga de samurais, el spaghetti western, el cine de los setenta… Tarantino no es una influencia directa pero es una buena manera de explicar mi trabajo. También me comparan mucho con Frank Miller pero luego se olvidan de Hugo Prat, Enrique Brequia, Topi…

 

-¿Sabes si Tarantino conoce tu trabajo?

 

-No tengo ni idea. Le gustan los cómics pero más bien los de Marvel. Con Miller sé que si los ha leído y una vez en Barcelona pude cenar con él y luego le regalé un Polard así que por lo menos sé que uno de mis ídolos sí conoce mi trabajo y por amigos comunes sé que le gustó. O por lo menos no me demandó, como digo siempre de broma.

 

-¿Qué piensas de Sin City y 300 cómo adaptaciones del mundo del cómic a la gran pantalla?

 

-Me parece muy bien porque siempre se han vinculado a los cómics en el cine con los superhéroes y es realidad pero con Walking Dead en televisión y luego en Sin City y 300 en el cine la gente pudo ver que había algo más que superhéroes. Bajo mi punto de vista Miller siempre ha sido un enorme difusor de nuevas ideas y además creo que sus trabajos animan más a la gente a leer los cómics originales. 

 

-Pero esa línea no ha tenido mucha más continuidad.

 

-Sí, yo creo que van saliendo más cosas porque ahí tenemos en televisión a The Boys o… lo que pasa es que ahora es un estilo que se ha normalizado y no llama tanto la atención. Antes películas como Man in Black estaban basadas en cine pero no se decía y ahora como que mola decir “basado en una novela gráfica” y más con la falta de ideas que tiene Hollywood por lo que le vienen muy bien los creadores indies como los llaman ellos porque no tienen mucha idea de por donde tirar. 

 

-También se está diciendo últimamente que el cine de superhéroes se está agotando. 

 

-Siempre se dice pero luego de pronto tienes el fenómeno de The Boys. Creo que en el cine se está repitiendo la historia de los cómics pero de forma acelerada porque ahora hay tantas secuelas, precuelas… está todo tan liado como ocurría en los cómics hace unas décadas. Pienso que hay varios factores que han llevado a los lectores jóvenes de hoy en día al manga porque empiezas por el tomo uno y ya está.

 

-¿Te gusta el manga?

 

-Sí, soy del 77 y por lo tanto viví la explosión del manga en los noventa con Dragon Ball, Akira… fue muy fuerte y me pilló en plena adolescencia. En aquella época no había la variedad que hay ahora pero siempre he seguido leyendo manga aunque con el tiempo eres más versátil en cuanto a gustos. Pero he podido trabajar en Japón y también estoy haciendo un guión de manga así que siempre lo he tenido ahí.

 

-Un dibujante de El Víbora decía que el manga había sido tan popular porque los dibujantes cobraban diez veces menos que los de aquellos años.

-El problema es que el formato revista murió por cambios del gusto de los lectores. El cómic japonés supone mucho trabajo porque tienes que traducirlo, negociar con ellos… el problema que hubo en su momento es que somos uno de los países del mundo que más material extranjero publica. Entonces eso le pasó al dibujante de El Víbora y a mí cuando empecé a trabajar y me vi obligado a saltar al mercado americano y sigue pasando aquí. Siempre sale más barato publicar algo de afuera, sólo tienes que pagar los derechos, mientras que al dibujante tienes que estar ahí costeando un sueldo y eso es una inversión a largo plazo. A todo el mundo le gustaría tener un Paco Roca en su editorial pero no todos los editores están dispuestos a pagarlo.

 

-Una curiosidad ¿tu obra ‘Mundo Jung’ tiene relación con el psicólogo Carl Jung?

 

-Sí, me había leído El viaje del Héroe y me parecía muy gracioso que ese mundo se llamara como el descubridor del inconsciente colectivo, que se tuviera esa referencia…

 

-Veo que has tenido incursiones en el mercado francés.

 

-Sí tuve algunas cosillas de cuando comencé a profesionalizarme en 2006 y ellos buscaron autores jóvenes inspirados en el anime, un formato mucho más barato y una línea que tuvo muy poca continuidad porque iban muy adelantados a su momento y que entonces no gustó mucho pero luego ha sido el camino que ha tomado el cómic francés juvenil. Me vino muy bien, me ayudó a independizarme porque me pagaron muy bien durante dos años y luego estuve con… en… que se lanzó a la vez en Estados Unidos por medio de un acuerdo. De vez en cuando he vuelto y libros míos han salido publicados allí como Pullock y ahora… también lo van a sacar.

 

-En toda tu obra siempre has sido guionista excepto en dos ocasiones que trabajaste con historias ajenas y en otra que fuiste únicamente guionista.

 

-En Estados Unidos siempre trabajo con un guionista por las limitaciones con el idioma aunque poco a poco me voy preparando y aprendiendo más inglés y en España siempre ha sido como autor completo y luego también he podido guionizar para otra gente. He estado en los tres casos, lo cual son experiencias que siempre vienen bien. 

 

-¿Con qué faceta te sientes más gusto?

 

-Cuando soy autor completo que son mis preferidos. Me gusta que me hable una sola persona y al trabajar solo puedo hacer un montón de cosas que en equipo sería algo supercaótico.

 

-Hay un título que llama la atención, ‘Intachable 30 años de corrupción’ ¿De qué va?

 

-Es uno de mis trabajos favoritos. Es la única historia de cine negro ambientada en España  que he hecho y trata sobre la vida de dos amigos de la infancia uno de los cuales acaba siendo político y casi llega a la Presidencia del Gobierno y el otro se hace un criminal de la costa mediterránea. A través de su auge y caída doy un repaso a la cultura española de la corrupción, la picaresca, el pelotazo inmobiliario… Intenté hacer algo más político porque he vivido de cerca la peor época de la corrupción en Valencia y a la vez hacer algo del género negro al estilo de Scorsese pero trasladado a España. Es uno de mis cómics favoritos sobretodo en cuanto al guión. 

 

-¿Qué piensas del movimiento que ha surgido para controlar y regular el turismo?

 

-Es complicado. Aquí en Bilbao cada vez veo que están apareciendo más pisos turísticos en el casco viejo y me preocupa sobretodo por los que deben vivir ahí. Pero no tiene fácil solución y la gente los utiliza porque no puede pagar otra cosa. Todos odiamos al turismo pero acabamos siendo turistas, entonces ¿la alternativa cuál puede ser? ¿Que sólo vengan unos cuántos y los demás no puedan? Yo desde luego cuando voy de viaje intento no ir a pisos turísticos, suelo ir a hoteles… aunque claro también ahí entra todo lo relacionado con el poder adquisitivo. No es sencillo. 

 

-Supongo que en Valencia habrá sido mucho peor.

 

-Sí, allí el problema era la construcción de hoteles indiscriminada. Hasta que surgió la Ley de Costas te encontrabas con auténticos mamotretos a pie de playa. En Intachable intentaba hacer algo parecido a Uno de los Nuestros pero a la valenciana por así decirlo. 

 

-Fuiste nominado al Eisner y ganaste el revelación del Salón del Cómic de Barcelona 2002.

 

-También me nominaron al otro americano Harvey que lo da la crítica. Que te nominen está muy bien y el premio de Barcelona también estuvo muy bien pero al final todo depende de los gustos que haya en cada momento. Hay algunos en Estados Unidos con los que no estoy nada de acuerdo y recibirlos no es algo que te vaya a afectar mucho a nivel de ventas o a dar más trabajo, por lo que me cuentan los compañeros, vale para ponerlo en una portada pero al final lo que importa es que tu trabajo le guste al público. 

 

-¿A qué salones del cómic sueles ir?

 

-Pues al de Barcelona, obviamente y también una o dos veces al año a alguno extranjero a los que me invitan como Argentina, Francia, estuve en Alemania hace poco porque sacaron la edición alemana de Faeric Gangs Me sirve también para salir un poco de la madriguera porque al final los autores estamos siempre encerrados y es una oportunidad para conocer otros sitios y personas.

 

-Ustedes fueron pioneros del teletrabajo. 

 

-Sí, de hecho cuando el confinamiento no noté mucha diferencia. Tan sólo que trabajé más y para no darle vueltas a la cabeza me metí en proyectos propios y luego hubo otros que empecé en ese mismo tiempo. 

-Muchos dibujantes dicen que la pandemia fue una época especialmente creativa.

 

-Claro, trabajas para no agobiarte, aproveché para echar fuera toda esa energía que tienes ahí acumulada. 

 

-La pregunta inevitable es cuál sería tu opinión sobre la Inteligencia Artificial. 

 

-Esa es la que caía. El problema es que nos están intentando vender una moto de algo que es muy difícil y que en realidad son muchas cosas a la vez. No es la misma IA la que se usa en programación que la generativa, no se puede meter en el mismo saco. Algunas se utilizan en medicina y otras para hacer dibujo que está fundamentada en el robo indiscriminado del trabajo de otras personas y que no respeta los derechos de autor. Entonces para empezar si está basado en el trabajo ajeno tendrá que regularse. Pero igual podremos utilizarla para ayudarnos, por ejemplo en el proceso del color, pero siempre sobre mi propio trabajo, no sobre el de los demás. 

 

-¿Te ha afectado?

 

-De momento no, pero todavía es muy pronto para que yo me dé cuenta de si me va a afectar o no. No soy ilustrador y esa tecnología es demasiado pobre para hacer un cómic. El problema es que como la mayoría de los personajes pertenecen a un grupo pequeño de empresas se tiene miedo a que alguien con un lápiz y un papel pueda crear sus propias historias. Las IA lanzan la idea de que los autores somos retrógrados, una especie de élite que queremos mantener el arte del dibujo en nuestras manos, que no se democratice y ellos parece que son un instrumento para devolver el arte al pueblo cuando es al revés. Precisamente, el cómic es de los pocos rincones en el mundo de hoy en los que la meritocracia y el trabajo funciona y puedes entrar sin que te apoye un empresario o tener un máster en Harvard. La gente del cómics solemos ser de clase trabajadora y eso es a lo que teme mucho Marvel, que una persona online pueda hacer un cómic que se convierta en best-sellar como la autora de Ges.. y Olimpus. Las grandes tecnologías quieren poseer todo el contenido pero no puedes evitar que una persona cree una historia y la difunda. 

 

-¿Conoces el Libro Blanco del Cómic? ¿Qué te parece?

 

-Claro que me parece bien. Estoy apuntado en la sociedad de autores y por eso todo lo que sea análisis de nuestro trabajo como colectivo es muy importante. Somos muy de estar encerrados en la madriguera pero los autores, aunque tengamos perspectivas diferentes, somos de los gremios mejor avenidos que hay y por cosas como la IA creo que es más importante que nunca organizarnos para tener más presencia en la sociedad.