España reconocerá «pronto» a Palestina y las universidades se plantean romper sus acuerdos

España reconocerá

10 de mayo 2024/Agencias
El Gobierno ha insistido en que reconocerá «muy pronto» el Estado palestino mientras arrecian las críticas contra Israel por la nueva ofensiva en Rafah, crecen las protestas estudiantiles y las universidades españolas se plantean suspender los acuerdos con los centros israelíes que no se comprometan con la paz.

Las críticas han subido también de tono desde el Gobierno hacia el PP por criminalizar las acampadas estudiantiles y también contra el Ejecutivo por parte de algunos de sus socios que creen que no está actuando con la determinación que debería actuar frente a Israel.

María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, ha sido una de las más duras contra el PP por afirmar que estas protestas eran favorables a Hamás: «es tremendo, la deriva del PP en su aproximación a la ultraderecha (…) decir que son terroristas, que es lo que se dice cuando se habla de que apoyan a Hamás por manifestarse, es un despropósito».

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, también ha subrayado que al líder del PP, Alberto Núñez Feijoó, «seguramente» le gustan más las protestas contra el Ejecutivo y las manifestaciones con «muñecos apaleados en forma de presidente del Gobierno», que las acampadas estudiantiles.

España ultima el reconocimiento a Palestina
En este contexto tan caldeado, con Israel atacando ahora Rafah, una cifra de muertos que supera los 35.000 y además el giro de EEUU al avisar a Israel de que dejará de enviarle armas si invade esta ciudad fronteriza, España ultima el reconocimiento de Palestina como Estado.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que viaja hoy a Washington, no ha dado pistas sobre si será el 21 de mayo junto a Irlanda, como apuntan medios irlandeses, y se ha limitado a decir que «será muy pronto».

Pero a algunos de los socios de Pedro Sánchez les parece que el Gobierno va tarde, empezando por Sumar, que exigía al presidenteque lo hiciera este pasado martes y ahora confía en que no esté esperando a «pedir permiso a Blinken», como ha apuntado Enrique Santiago.

El diputado de IU ha salido en defensa del ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, que ha sido desautorizado por la parte socialista del Ejecutivo después de que ayer se dirigiera por carta a empresas españolas en Israel para pedirles que adopten medidas que eviten que sus actividades «contribuyan al genocidio» en Palestina.

Una decisión que el dirigente de Sumar ve muy acertada porque estas empresas «se pueden encontrar con una querella en España» por vulnerar el Código Penal, ha advertido.

Igualmente se ha quejado por la falta de firmeza de Sánchez la candidata de Podemos a las europeas, Irene Montero, que le ha apremiado a romper relaciones con Israel y ha cargado contra Albares por referirse al Estado israelí como «amigo».

«Es urgente acabar con la complicidad del Estado genocida de Israel, España no puede tener un amigo genocida», ha subrayado.

Las universidades se plantean romper sus acuerdos con centros israelíes
Mientras, las protestas que llevan a cabo los estudiantes de varias universidades españolas exigiendo el fin de los ataques en Gaza han contado con el respaldo este jueves de la Junta Rectora de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE), que ha reafirmado su «permanente compromiso» con la defensa del derecho internacional humanitario.

Además, las universidades españolas se han mostrado dispuestas a revisar y, en su caso a suspender, acuerdos de colaboración con centros de investigación y universitarios de Israel que no hayan expresado un firme compromiso con la paz.

Este jueves, a la acampada propalestina que ocupa la explanada de la Universidad Complutense de Madrid se han acercado algunos artistas, entre ellos el actor Juan Diego Botto, los cantantes Ismael Serrano y Marwan, cuyos padres son de origen palestino, y el grupo Vetusta Morla.

Las protestas estudiantiles se han extendido por otros campus, como el de la Universidad de Granada, donde se ha pedido la ruptura de relaciones con el Estado hebreo, o el encierro de estudiantes en la biblioteca de la Universidad de Málaga.