Familiares de muertos en residencias recuerdan en la Fiscalía el «infierno» del covid

Familiares de muertos en residencias recuerdan en la Fiscalía el infierno del covid

13 de enero 2025/Agencias
Familiares de fallecidos en residencias de la Comunidad de Madrid en la primera ola de la pandemia de coronavirus han recordado el «infierno» que padecieron sus seres queridos en 2020, en las declaraciones que han comenzado este miércoles ante la Fiscalía en el marco de una denuncia colectiva presentada el pasado 10 de octubre.

Los familiares de 115 mayores que vivían en 72 residencias, de los cuales 111 fallecieron, presentaron la denuncia contra altos cargos del entonces Gobierno regional y los geriatras de veinticinco hospitales por al menos un delito continuado de denegación discriminatoria de la prestación sanitaria, tipificado en el artículo 511 del Código Penal.

Una de las personas que ha declarado en la Fiscalía de Madrid es Isabel Gallardo, cuya madre, con un deterioro cognitivo provocado por la enfermedad de Alzheimer, ingresó en la Gran Residencia, situada en el madrileño distrito de Carabanchel, el 1 de marzo de 2020.

El 5 de abril le comunicaron por teléfono que su madre estaba enferma, con fiebre, y tres días después, el 8 de abril, falleció a los 91 años, en la enfermería de la residencia, presuntamente por coronavirus, a consecuencia de un fallo multiorgánico.

Al ser preguntada por la fiscal si pensaba que si su madre hubiera sido trasladada al hospital hubiera sobrevivido, Gallardo le respondió: «Eso no lo sabe nadie. Hubo gente con 100 años que fue trasladada al hospital, que pensábamos que se iba a morir, pero finalmente salió y gente con 40 años, que falleció».

Ahora, espera justicia. «Yo no quiero dinero. Lo que quiero es que los directores de las residencias traten a las personas mayores como seres humanos y no como números. A día de hoy, las residencias públicas y las privadas siguen igual. No ha cambiado nada. No hemos aprendido nada. Si hay una nueva pandemia, vamos a repetir los mismos errores», subraya.

Otra de las personas que ha comparecido en la Fiscalía de Madrid es Yedra García, cuyos tíos -el matrimonio formado por Pepe y Chelo- ingresaron en la residencia Los Nogales de Pacífico el 20 de enero de 2020.

Él falleció el 26 de enero por un cáncer y ella continuó en la residencia, con una situación de dependencia moderada, hasta que en la madrugada del 5 al 6 de abril le comunicaron que había muerto, a los 90 años, posiblemente por covid.

«La vi por última vez el 3 de abril. Me hicieron una videollamada. Fue muy triste. Estaba tumbada en una cama con cara de angustia y de sufrimiento, más psicológico que físico. Ella permanecía con los ojos cerrados y la cara hacia un lado. Ni siquiera me miraba. No me contestaba. Yo le decía: ‘Tía, tía. Soy Yedra. Aguanta'», explica la sobrina.

«Una vez pregunté en la residencia por qué no la habían llevado a un hospital y la persona con la que hablé me contestó que tenían un papel de la Comunidad de Madrid que lo impedía», apunta García, quien se muestra convencida de que si tu tía hubiera sido trasladada a un centro hospitalario, se hubiera salvado.

En estos momentos, espera que se depuren responsabilidades. «Decidieron tratar a los mayores como apestados, cerraron las residencias a cal y canto, impidieron su traslado a los hospitales y se les quitó el derecho a salvarse o a morir de forma digna, con los cuidados paliativos necesarios. Una sociedad que trata así a sus mayores es una sociedad enferma», resalta.