Gobierno pide «responsabilidad» para sacar adelante los PGE, que Junts y PP aún no apoyan

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23 de Septiembre 2024/Agencias
El Gobierno ha apelado este sábado a la responsabilidad de las fuerzas que confirman el bloque plurinacional en el Congreso de los Diputados para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que por ahora no cuentan con el apoyo de Junts ni del PP.

La votación el próximo jueves del techo de gasto, base para la elaboración de los PGE, sigue en el aire pese a que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha mostrado convencido de que «serán cuentas buenas para cuestiones esenciales que también son de interés para Junts, para Esquerra y para otras formaciones de esa mayoría», ha asegurado a su llegada al Festival de Cine de San Sebastián.

Sin embargo, desde Suiza y por medio de un mensaje en redes sociales, el líder de Junts, Carles Puigdemont, ha asegurado que el voto de su grupo en este asunto «no se decidirá con el objetivo de estabilizar o de desgastar», sino que dependerá de las negociaciones que se planteen.

Así ha advertido de que «cada cosa tiene su negociación y sus objetivos. Y hace falta negociar pieza a pieza. Ponernos de acuerdo en una cuestión no prejuzga que en la cuestión siguiente ya estaremos de acuerdo».

Puigdemont ha lanzado esta advertencia tras mantener un encuentro ayer en Suiza con una delegación del PSOE, que ha declinado informar sobre la misma ya que las reuniones se producen con discreción, y solo cuentan de inmediato cuando llegan a algún acuerdo, han recordado fuentes del partido.

Por su parte, el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, ha confirmado que sus diputados se opondrán en la votación de la senda de déficit del próximo jueves en el Congreso tal y como hicieron ya en julio: «Si presentan lo mismo, la respuesta será la misma».

Bravo ha lamentado que el Gobierno inste a los populares a permitir que se apruebe esta vez la senda de déficit porque «cuando le fallan sus socios, entonces mira hacia el PP», pero lo cierto es que “el PP no sabe si va a haber PGE o no, lo saben Esquerra y Junts», ha añadido.

En cuanto a la reforma del sistema de financiación, ha subrayado que se debe negociar en “foros conjuntos, y no de forma singular para cada comunidad”, ya que “lo que es de todos, se negocia entre todos» en la Conferencia de Presidentes y el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).

La decisión de Sánchez de recibir uno a uno a los presidentes autonómicos para abordar la financiación autonómica ha sido el otro asunto que ha centrado las declaraciones de dirigentes autonómicos de uno y otro partido.

Así, el PSOE de Castilla-La Mancha se ha mostrado confiado en que de la reunión entre el presidente del Gobierno y el castellanomanchego, Emiliano García-Page, «saldrá un acuerdo de financiación» que aporte los fondos que la región necesita, y «si no es así, (Page) seguirá reclamándolo” ha asegurado la portavoz Cristina Maestre.

Por su parte, el ex secretario general de los socialistas extremeños Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha aplaudido que el actual líder del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, se oponga al cupo catalán y ha considerado mantener este rechazo como una obligación para él por ser socialista y ser extremeño. «Si no le gusta a Ferraz – le ha dicho- mala suerte».

En nombre del PP, la vicesecretaria de Educación y Sanidad, Ester Muñoz, ha afeado al Gobierno que hable de presupuestos en Suiza con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y, a la vez, se niegue a llevar a la Conferencia de Presidentes el debate sobre la financiación autonómica.

Por su parte, el presidente del Gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán, del PP, ha considerado que, para el futuro colectivo como país, es fundamental que «todas las regiones puedan trabajar en un marco común de juego limpio y sin cortapisas, privilegios ni favoritismos».

Opinión distinta ha expresado el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, para quien «se ha acabado el tiempo del café para todos», por lo que ha apostado por «superar y modificar» ese «modelo caduco de relación de la vieja nación vasca con el Estado».