Juicio al etarra Troitiño por los cócteles molotov usados en una protesta en San Sebastián
23 de marzo 2025/Agencias
La Audiencia Nacional juzga el jueves al etarra Jon Joseba Troitiño Ciria, sobrino del histórico dirigente de ETA Antonio Troitiño, por haber transportado los artefactos incendiarios (cócteles molotov) utilizados en una manifestación violenta de la izquierda abertzale en San Sebastián el 7 de abril de 2001.
La Fiscalía acusa a Troitiño por estos hechos de un delito de depósito y tráfico de sustancias y aparatos explosivos y de sus componentes con finalidad terrorista, por el que pide para él 8 años de cárcel y 18 años de inhabilitación absoluta.
Las huellas de Troitiño aparecieron en los artefactos incendiarios intervenidos en esa manifestación, por lo que la Fiscalía sostiene que participó en su transporte, según expone en sus conclusiones provisionales.
Troitiño Ciria fue condenado en 2011 a 268 años de prisión por su participación en los atentados contra los hoteles Bahía de Alicante y Nadal de Benidorm, el 23 de junio de 2003, que ocasionaron catorce heridos.
Fue detenido en Francia en 2005 y entregado a España en 2010 para ser juzgado por esos atentados, por lo que la Audiencia Nacional tuvo que pedir a las autoridades francesas ampliar su entrega para poder sentarle en el banquillo por esta otra causa.
Los hechos se remontan a una manifestación convocada por la formación política Euskal Herritarrok (EH), bajo el lema “La Autodeterminación es la Paz. 10 DE Abril Huelga General”, que se celebró desde 17.30 hasta las 18.40 horas del 7 de abril de 2001 en la capital donostiarra.
A las 19.12, el centro de atención de emergencias recibió dos llamadas, una que alertaba de la presencia en la Parte Vieja de San Sebastián de un grupo de 7 encapuchados que transportaban varias cajas y otra en la que se informaba del incendio de unos contenedores en las calles Aldamar y Soraluce.
Diversos efectivos policiales se trasladaron a la zona y comprobaron que había 3 contenedores de basura ardiendo y, una vez sofocados los incendios por los bomberos, observaron que en su interior había restos de 10 artefactos inflamables.
Los policías acudieron al lugar donde se hallaban las cajas de donde procedían los artefactos según las manifestaciones vertidas por las personas que llamaron por teléfono.
Allí encontraron: dos cajas de cartón con 39 cohetes pirotécnicos y 30 artefactos incendiarios de iniciación química, habitualmente denominados de seguridad, elaborados con frascos de vidrio llenos de una mezcla de líquido inflamable y ácido sulfúrico, e introducidos en bolsas de plástico negro que a su vez contenían clorato de sodio granulado (herbicida).
La denominación de seguridad se debe a que su acción incendiaria se logra cuando el recipiente se rompe al impactar contra el objetivo, lo que permite al lanzador ejecutar la acción sin manejar llama alguna.
Los daños ocasionados por estos artefactos lo son por un doble efecto: el causado por las llamas del líquido inflamable y el ocasionado por la corrosión del ácido sulfúrico.
Los investigadores consideran que Troitiño participó en su transporte tras identificar sus huellas en ese material «como pertenecientes respectivamente al dedo medio de la mano derecha y al dedo anular de la mano izquierda», según detalla el fiscal en su escrito.
El acusado es sobrino de Antonio Troitiño Arranz, que fue detenido en Londres en 2014 tras darse a la fuga después de que la Audiencia Nacional reconsiderara su decisión de excarcelarle en 2011 tras cumplir 24 años de cárcel al apreciar un error en el cómputo de sus condenas por varios atentados que dejaron una veintena de fallecidos.
Fue condenado de nuevo en 2018 por volver a integrarse en ETA durante su huida y en 2021 se le concedió el tercer grado por razones humanitarias debido al cáncer que padecía y por el que meses después falleció.