La ciudad de Pekín se prepara para su segunda ola de calor en una semana
16 de Junio 2024/Agencias
Las autoridades meteorológicas de Pekín han emitido una alerta amarilla por las altas temperaturas para la capital china, que se prepara para alcanzar a partir de este domingo cifras superiores a los 35 grados por segunda vez en una semana.
Los termómetros se dispararán desde este domingo y hasta el próximo martes, en especial en las horas centrales del día, por lo que la Oficina de Gestión de Emergencias recomendó a los habitantes de la ciudad que reduzcan las actividades en el exterior durante ese periodo.
Además, exhortaron a los trabajadores que desempeñan su trabajo al aire libre a que extremen las precauciones.
La alerta amarilla se refiere a periodos en que se estima que las temperaturas van a superar los 35 grados Celsius durante tres días consecutivos y la más leve de un sistema de avisos de tres niveles.
También el Centro Meteorológico Nacional del país asiático renovó el sábado una alerta de la misma categoría ante una ola de calor que afecta a numerosas provincias en el norte y centro del país, donde regiones como Xinjiang, Shaanxi, Henan, Anhui, Hubei, y Hainan podrán alcanzar los 40 grados.
La ola de calor previa a la anunciada ahora, más temprana de lo habitual, provocó a principios de esta semana la emisión de una alerta roja en el centro y el norte de China, donde en algunos lugares el mercurio se elevó hasta los 45 grados.
El Centro Meteorológico Nacional ya declaró a comienzos de junio que la temperatura media en China en mayo fue la más alta registrada en dicho mes desde 1961 situándose en los 17,7 grados, 1,2 grados más alta que la temperatura en años considerados normales.
En los últimos veranos, los eventos climáticos extremos han causado estragos en el gigante asiático: los meses estivales de 2023 estuvieron marcados por inundaciones en Pekín que dejaron más de 30 muertos, mientras que, en 2022, diversas olas de calor extremo y sequías azotaron el centro y el este del país.
En julio de 2021, precipitaciones de una intensidad inédita en décadas dejaron casi 400 muertos en Henan, que el Ejecutivo chino achacó a una “falta de preparación y de percepción de riesgo” por parte de las autoridades locales.