La Escultura y el escultor, 27 nov 1960
Del Periódico El Día, el 29 de octubre de 1960 (fotos Garriga, S/C Tfe. 1929)
El 28 de octubre de 1960 llega, al Puerto de S/C de Tenerife, la Escultura del Padre Anchieta en el buque “Cabo San Vicente”. Vienen con la escultura el autor Bruno Giorggi y su esposa. Los reciben:
El Alcalde de La Laguna, Sr. Benítez de Lugo y concejales, el Secretario de la Mancomunidad Provincial y del Instituto de Estudios Canarios D. Leopoldo de la Rosa Olivera, Catedráticos de la Universidad D. Diego Catalán y D. Antonio González, el Cónsul del Brasil en esta plaza D. Erasmo de Armas García, algunos Miembros de la Comisión Pro Monumento así como la representación de varios centros culturales.
Una comitiva, compuesta por el escultor, el alcalde y algunas otras personas presentes en el recibimiento, desde el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, se traslada a la Laguna para recorrer los parajes seleccionados posibles, en principio, para la erección del Monumento.
Entretanto la Agencia Acuña descargaba el embalaje de la estatua en una pieza y del pedestal que viene en varios bloques. Posteriormente el contratista Sr. Díaz de Losada trasladaría, al espacio elegido, el conjunto de piezas depositadas en el Puerto.
De la entrevista concedida por Bruno Giorggi al redactor de El Día, extraemos la información siguiente:
Nacido de padres italianos, en Brasil, ha tomado parte en la creación monumental de la ciudad de Brasilia.
La creación de la Escultura le ha supuesto 6 meses, aunque ya venía gestando la idea desde hacía 12 años, dada la relevancia de la figura reverenciada en Brasil.
La inspiración, dice, partía de la plenitud del apóstol cuando toda su existencia consistía en caminar y bendecir. Otro elemento simbólico de la estatua consiste en las manos y los pies, cuya deformación sugiere los aspectos fundamentales del la vida del Padre Anchieta.
Desde el punto de vista urbano se ha concebido la escultura destinada a un gran espacio abierto, como se muestra en los planos del pedestal.
Representa al apóstol en sus años mozos porque esos años fueron eficaces y decisivos en su misión.
Ha recibido un juicio laudatorio de la crítica brasileña, lo cual resulta muy satisfactorio.
Bruno Giorggi permanecería en la isla desde este 28 de octubre al 28 de noviembre, día después de la inauguración. Estaban invitados a la inauguración del Monumento el Ministro de Educación de Brasil y el conocido Catedrático Celso Da Cuhna promotor de este regalo. Este último ya había estado en La Laguna en 1956 para encontrarse con sus amigos Diego Catalán y Menéndez Pidal y Antonio González González, con los que se volvió a encontrar en Brasil en 1958.
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Definitivamente el lugar elegido, para situar el Monumento, ha sido una plazoleta confluencia entre la Calle la Trinidad de La Laguna y la Autopista de Santa Cruz al Aeropuerto. Al pie del solar adquirido para la construcción del Instituto de Investigaciones Científicas Juan de la Cierva.
El domingo 27 de Noviembre se inauguró el Monumento al Apóstol del Brasil
Bendice la Escultura el Prelado de la Diócesis, el Obispo Dr. Pérez Cáceres. Intervienen en el acto el catedrático y representante del Brasil D. Celso Ferreira (con un brillante discurso acentuando el sentimiento de devoción y cariño que el Brasil profesa a la figura del ilustre jesuita lagunero) y el Alcalde D. Ángel Benítez de Lugo. (fotos GARRIGA)
Presentes en el acto
El gobernador Civil de la Provincia, Sr. Ballesteros Gaibrois, el General jefe de Artillería Sr. Salas Benal, el Prelado de la Diócesis don Domingo Pérez Cáceres, el presidente y fiscal de la Audiencia señores del Campo Llarena y Muñoz Serrano del Castillo, el Presidente del Cabildo Insular D. Juan Ravina Méndez, el Alcalde de S/C Don Joaquín Amigó de Lara, el alcalde de Puerto de la Cruz, Sr. Luz Cárpenter, el Delegado de Hacienda Sr. Carrillo, el jefe del Sector Aéreo Sr. Vázquez Figueroa, el segundo comandante de marina Sr. Hdez. Oramas.
En representación del Municipio de La Laguna, el Alcalde Ángel Benítez de Lugo y Ascanio y toda su corporación municipal.
La delegación brasileña estaba presidida por el representante del Ministerio de Educación del Brasil, don Celso Ferreira Da Cunha, y otras personalidades de la vida académica que se desplazaron desde París y que fueron cumplimentadas a su llegada por el cónsul en Tenerife don Erasmo de Armas García.
El Instituto de Cultura Hispánica de Madrid estaba representado por el Jefe del Departamento de Extensión Cultural del mismo, D. José María Álvarez Romero.
Presentes, también, muchos fotógrafos y periodistas, así como el NODO (entre las publicaciones de el NODO, disponibles en la red, aún no hemos rescatado este reportaje, si disponible en la Filmoteca Canaria.
Abrió el acto la primera autoridad de la provincia Sr. Ballesteros Gaibrois que junto al representante de Brasil Sr. Ferreira Da Cunha descorrieron la cubierta de la Escultura. En tanto se interpretaban los himnos de ambos países.
Palabras del Prelado
”Con la bendición de esta escultura, verdaderamente monumental, terminan los brillantísimos actos con que nuestros catedráticos, profesores, oradores y poetas han venido enalteciendo, estos días, la memoria del Venerable Padre Anchieta, Apóstol del Brasil, a las que uno las mías de agradecimiento.
La Laguna, ciudad por antonomasia del Archipiélago canario, que guarda las más puras esencias del espiritualismo isleño, las flores más olorosas del Jardín de las hespérides, ofreció un día al Brasil, con el insigne Padre Anchieta, por el aroma que exhaló de santidad, sabiduría y ciencia, la más delicada, la más preciada, de cuantas flores a la sombra del viejo Teide germinaron y crecieron. Plasmada ahora en el bronce por uno de sus artistas más geniales, nos
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lo devuelve Brasil para que con nuestras oraciones y sacrificios contribuyamos, apresuremos el día glorioso de su elevación definitiva a los altares.
Con el Hermano Pedro, Apóstol de Vilaflor, el Padre Anchieta brilló con destellos de santidad y aromatizó los jardines siempre en flor de la Iglesia de Jesucristo. Ocupan por tanto, estos dos Siervos de Dios, un lugar preeminente en la historia religiosa de la Diócesis Nivariense y por eso quisimos que nuestro gran pintor Aguilar colocara, bajo la cúpula dorada del tempo que mandamos construir para la patrona del Archipiélago Canario, en bellísimo mural, la austera figura del Venerable Hno. Pedro, Apóstol de Guatemala.
Aprovechamos estos solemnes, emotivos y patrióticos momentos, para rogar al Excmo. Ayuntamiento de la Laguna, a su incansable alcalde y a la isla entera que, cuanto antes, ocupe también allí en el Santuario Regional de la Virgen de Candelaria, en el sitio de honor que desde el primer día le reservamos, la egregia figura del Padre Anchieta, Apóstol del Brasil.
Dilectísimos hijos de La Laguna y del Archipiélago entero: pidamos a Dios Todopoderoso que llegue pronto el día en que ambos isleños, héroes de la virtud, aparezcan refulgentes, con la aureola de los santos, en Roma, en la Gloria de Gernial, para alegría exultante de la Santa Madre Iglesia, para honra y honor del Brasil, de Guatemala, del Archipiélago Canario, de La Laguna, de España, la Patria amada e inmortal, defensora de la fe, forjadora de héroes y de santos, madre de cien pueblos y naciones.”
Otras intervenciones
El Secretario del Ayuntamiento da lectura al Acta de los acuerdos municipales, del Pleno del 4 de noviembre de 1960, relativos a la aceptación de la estatua regalada por el Brasil a La Laguna.
Intervienen los poetas Luis Álvarez Cruz y Emeterio Gutiérrez Albelo (cuyos versos fueron recitados por el Sr. Escalera, y Ángel Acosta Hdez. Los temas fueron: El Padre Anchieta, El Brasil y España.
La intervención del representante del Brasil, D. Celso Ferreira Da Cunha, se hace en portugués y, a grosso modo, nos viene a manifestar que:
“”La ofrenda del Brasil a la Laguna, patria de nacimiento del Apóstol, tenía un carácter eminentemente popular, y que él se sentía orgulloso y satisfecho de ostentar la representación de Brasil por este motivo. Hizo un canto a la ciudad cuna de Anchieta y expresó que la obra realizada por Bruno Giorggi, a quien calificó de artista de amplios contornos internacionales, representará el vivo testimonio de la devoción y admiración del Brasil por la gloriosa figura que en esta forma de acepción volvía a la tierra de su origen con unos méritos adquiridos por su esfuerzo en el Brasil donde ha dejado una huella indiscutible por sus merecimientos en la historia, la literatura, la educación, la ciencia…, en todos ellos con el apelativo del Primero del Brasil y de Iberoamérica en la mayoría de esas áreas””.
Le contestó el Alcalde
“Constituye honor extraordinario y satisfacción inmensa la inmerecida suerte de que sea mi persona la que, en nombre de esta histórica ciudad de La Laguna, tenga que recibir
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este valioso obsequio de la nación brasileña y significar la gratitud imperecedera de la más vieja población de la Isla a quienes, de modo tan magnífico, quieren honrar la memoria de uno de sus hijos más insignes y, en lo espiritual, el de mayor rango.
Tienen las ciudades como los hombres que las constituyen, espíritu propio y muchas veces el alma colectiva no es la mera resultancia de la suma de agregado de las almas individuales, sino algo distinto y superior que, cuando tiene autentica y desbordante realidad, es fácil descubrir a la sola luz de las primeras impresiones.
La Laguna tiene ese espíritu especial que la singulariza, captable a primera visión, que induce a siempre a la ineludible comparación con las viejas ciudades de Castilla.
La razón de esa espontánea equiparación la da su carácter de ciudad clásicamente española, y por ello, su espíritu se proyecta a lo religioso y a lo cultural, principalmente. Los mejores de sus hijos han sido siempre hombres cuya excelencia ha logrado puestos destacados en la religión, la ciencia, las letras y las artes, profundamente influidos y enraizados sus espíritus en esa tradición brillante de la ciudad, que nació a poco de ser poblada por los principales conquistadores de la isla, que, enamorados, de la Vega, hicieron de ella sede de sus hogares y templos, asiento y capital de sus públicas funciones.
Entre estos hijos ilustres cuyo espíritu se nutrió en las más puras esencias de esta tradición de la ciudad española y católica y por ello universal y apostólica y en consecuencia, misionera, ocupa lugar de preeminencia el Padre Anchieta, lagunero eximio, cuyo fervor espiritual cuando la iglesia lo reconozca ha de llevarle a los altares, hizo posible que el pueblo brasileño nos arrebatase casi, su naturaleza de origen, para que fuera conocido en el mundo como el Apóstol del Brasil, uniendo su figura a la del nacimiento al mundo del auténtico espíritu de la gran nación brasileña, para casi fundir, en apretada y sentidísima unidad, al hombre apóstol ya a la nación evangelizada.
De aquí salió, en juventud y aventura, como esforzado paladín de grandes batallas del espíritu, como soldado de Dios y hombre de España, a darlo todo por su ideal a derramar, con lo mejor de su personalidad incendiada en fuegos de caridad evangélica, semillas de humana perfección y de sumisión a Cristo que fructificaron con tal abundancia y se multiplicaron en tal magnitud que su nombre, como el de Pablo en la Iglesia, es vivencia paradigmática del Apostolado.
La Laguna ha respondido a ese carácter que, a primera vista tiene la ciudad. La Laguna ha respondido a la tradición de Castilla y de España como forjadora de pueblos y estirpes, de almas y naciones. Anchieta lo demuestra y Brasil lo confirma.
Ahora la gran nación americana nos devuelve a Anchieta, viniendo a su ciudad natal a rendirle el homenaje de que esta escultura es, a la vez que símbolo, magnificente realización.
El artista, este gran artista que es Bruno Giorggi, que nos honra además con su amistad, ha captado no solo que le implicó la ingente labor de Anchieta, sino la maravillosa inquietud de los ardientes celos de su joven espíritu, el impulso de sus ansias apostólicas que se imponían a su incipiente personalidad, cuando decidiera dejar la Ciudad y la Isla de su cuna para llegar a la tierra de su misión evangelizadora. Pies descomunales para sus grandes andaduras de misionero de Cristo. Manos gigantescas que aún no podían dar todo lo que la generosidad de su espíritu, en eclosión de caridad, querría entregar a los hermanos, desconocidos entonces, del otro lado del mar inmenso como aquel fervor apostólico de su alma joven.
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Así como marchó Anchieta, nos lo devuelve ahora Brasil, regalándonos esta escultura, joya del arte moderno, que La laguna sabrá guardar con su máximo celo en lugar que luchará por la primacía con la gratitud que debe a la nación brasileña
Esos pies de Anchieta, desgarrados en sus andaduras de apóstol, y esas manos que todo lo dieron y que bendijeron bautizados, penitentes, cónyuges, y moribundos, nacidos en el país brasileño dicen en la escultura que representa al Taumaturgo, en el momento de su marcha de la ciudad lagunera de su partida para la empresa heroica y santa de su misión en el Continente Americano, todo lo que el Brasil siente por Anchieta y todo lo que el Brasil quiere decirla a la Ciudad que lo vio nacer.
Gracias en nombre de la Laguna, Excelentísimo Sr. Ferreira Da Cunha, dignísimo representante del Gobierno Brasileño, gracias glorioso artista Bruno Giorggi, gracias Padre Anchieta por lo que la Laguna te debe.
Cuando unos hombres tienen algo en común, que les une fuertemente, hablan de <lo nuestro>. Nuestros llaman los padres a los hijos comunes, nuestros llaman las naciones a sus ejércitos, nuestros llaman a sus hogares los hermanos que nacieron bajo el mismo techo. Nosotros ahora, los brasileños y los laguneros, los brasileños y tinerfeños, podemos hablar de Nuestro Anchieta, La laguna, como su hijo del Brasil, podemos hablar de Nuestro Anchieta como su hijo. El Brasil como su Apóstol. Ambos como hermanos, en la hermandad auténtica que él, siguiendo a Cristo, a todos nos enseñó””
Prosiguieron los actos en otros lugares de La Laguna
Antonio Hdez Hdez