La farmacia rural urge soluciones para seguir atendiendo a más de 8 millones de personas
22 de febrero 2025/Agencias
Las farmacias rurales, de las que dependen más de 8 millones de personas, han reivindicado este jueves soluciones para dar «visibilidad» y «viabilidad» a este sector, amenazado por la despoblación y envejecimiento de estas zonas, el relevo generacional y la falta de rentabilidad.
Por ello, la Asociación de los Farmacéuticos Rurales de la Provincia de Alicante (Afarpa) y la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar) se han unido para organizar el I Congreso Nacional de Farmacia Rural el próximo mes de mayo en Alicante, aunque la cita nace con la aspiración de ser bianual e itinerante.
Bajo el título de «Farmacia rural: es pueblo, es vida», en la cita se tratarán los desafíos y oportunidades, visibilizar la labor de las más de 4.400 farmacias que existen en pueblos de menos de 5.000 habitantes, 2.200 de ellas en localidades de menos de 1.000, y explorar su viabilidad a largo plazo.
«Queremos la subsistencia de esos pueblos, queremos estar allí y ser parte de ellos», ha declarado en su presentación Manuel Olivert, presidente de AFARPA.
Porque la labor de estos profesionales va mucho más allá de la dispensación de fármacos para garantizar la equidad de acceso: cribados, detección de toxicomanías, de casos de soledad no deseada o de violencia de género. «Servimos para muchísimas cosas, pero no estamos bien utilizados», ha añadido.
Además, la farmacia situada en el medio rural se posiciona como una infraestructura sanitaria que, además de generar empleo de calidad, contribuye a la fijación de población en el territorio y a su desarrollo socioeconómico.
Sin embargo, como revela el informe “La aportación de valor del modelo de farmacia a la cohesión territorial y al reto demográfico” del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), la farmacias rurales están en riesgo, ya que muchas tienen dificultades para mantenerse abiertas debido a la falta de población y a las bajas rentabilidades.
Las farmacias rurales representan el 20 % del total, pero mientras una oficina puede facturar hasta 1,1 millones al año, las de estas zonas apenas alcanzan la cuarta parte de esa cifra, ha lamentado Jaime Espolita, presidente de Sefar.
Por eso, y ante la desaparición cada vez mayor de estas farmacias, Espolita ha reclamado medidas que ya han planteado a las administraciones en otras ocasiones, sin éxito, como que sus retribuciones no vengan únicamente del número de personas a las que atienden, sino por el «trabajo real» que hacen, «guardias, revisión de botiquines, atención farmacéutica o domiciliaria, servicios profesionales farmacéuticos, etc.»
También piden un fondo de compensación que asuma, por lo menos, los gastos mínimos de estas farmacias, que supone un 0,04 por ciento de la facturación del sector.
«Necesitamos integrar la farmacia rural en los nuevos modelos de atención sanitaria, optimizando su conexión con el sistema de salud mediante la digitalización y otros sistemas”, ha señalado.
Con esta iniciativa de su I Congreso, ambas sociedades confían en poder «compartir experiencias de trabajo que, aunque a menudo aisladas geográficamente» pueden servir para inspirarse «mutuamente», además de enriquecerse a nivel formativo con herramientas que les permitan fortalecer aún más la atención que prestan, ha concluido Irene González, secretaria de Afarpa.