La izquierda de aquí
Asistimos a los prolegómenos de una campaña electoral para las elecciones europeas del próximo domingo 9 de junio de máxima relevancia para las sociedades occidentales, para el Estado español y para nuestro país. Quizás, sean las elecciones al Parlamento Europeo más importantes de la historia de la Unión Europea por la deriva que representará el resultado de estas.
El avance de la internacional reaccionaria de extrema derecha es evidente. Poco más podemos añadir de una ola reaccionaria de diferentes partidos políticos arraigados en sus respectivos países, desde Hermanos de Italia de Meloni hasta la Agrupación Nacional de Le Pen, pasando por Fidesz–KDNP de Orban o el Vox del añejo Abascal. A todos estos les unen sentimientos de ruptura con las libertades civiles, con los derechos conquistados en materia de identidad LGTBI+ e igualdad. Rechazan las políticas medioambientales, verdes y feministas. Les devora la ambición por el neoliberalismo sin límites, el etnocentrismo y el colonialismo. Pero lo que más les molesta y preocupa es la diversidad territorial, la Europa de los Pueblos. Y aquí Canarias se la juega.
Como saben, Canarias no es un territorio cualquiera en la configuración estatal y europea. Un archipiélago de dos millones doscientos mil habitantes, geográficamente africano y geopolíticamente tricontinental, con un estatus institucional y político diferenciado, con problemas estructurales, y que presenta retos importantes por delante. Pero un país con una cultura e identidad propia y con una historia milenaria. Un país con todas sus letras.
La Europa de los pueblos no significa lo mismo que la Europa de los Estados. Los Estados tienden a homogeneizar y separar jurídicamente. Son compartimentos estancos porque su máxima es la soberanía estatal, es decir, que no existe nada mayor que lo que emane de su propio marco jurídico soberano. Es por esta razón que la UE es tan inestable en sus decisiones, puesto que prevalece la opinión y decisión de los Estados por encima de la visión común europea. Es en este sentido que Estados como Italia o Hungría pueden decidir no cumplir con directivas comunitarias en relación con los derechos humanos, o vulnerar tratados sin que les pase nada relevante.
En cambio, la Europa de los pueblos reconoce la diversidad territorial e identitaria de los diferentes pueblos europeos que, siendo Estados o no, se enmarcan en la UE. Esta Europa es multicultural, rica en su visión histórica, tolerante e integradora con las minorías nacionales, étnicas y territoriales. Y, sobre todo, defensora de los derechos humanos.
La Europa de los Pueblos es la UE que defendemos en Nueva Canarias-Bloque Canarista. Una UE que mire al progreso con esperanza. Que haga frente al cambio climático con políticas de adaptación y mitigación para que las futuras generaciones no hereden un planeta gris e irrespirable. Una UE que vele por la paz, por la justicia social, por la redistribución de la riqueza donde las personas vulnerables no estén desamparadas, sino que tengan servicios públicos de calidad que les asegure vivir con dignidad. Una UE que trate de igual manera al europeo que al emigrante, que busca simplemente prosperar en ese marco de seguridad que hemos creado. Y UE que vele por la paz y la libertad de los pueblos oprimidos y colonizados.
Desde Canarias debemos participar en el impulso de esta Europa de los Pueblos, pero también en la contención de la ola reaccionaria que, como indican los pronósticos, se hará con la mayoría del europarlamento de la mano del Partido Popular Europeo. Hay que participar activamente y con garantías. Y así lo ha decidido la Ejecutiva Nacional de NC-bc en el hecho de concurrir a estas elecciones europeas junto a otros partidos de la izquierda plurinacional en la coalición electoral Sumar Canarias.
Las ejecutivas insulares de NC-bc de Fuerteventura y Lanzarote apoyamos esta alianza, y lo hacemos convencidos de que el horizonte común para la izquierda canaria es la unión. El espacio de la izquierda canaria no puede seguir permitiéndose la fragmentación y la pérdida de poder social e institucional. Sobra decir que la unión no significa estar de acuerdo en todo, pero sí compartir las ideas que, por ejemplo, el 20 de abril se expresaron en las calles. Llevar esa pulsión social a las urnas para transformar de una vez por todas esta tierra nuestra.
La voluntad de unión se establece desde la cesión de máximas y la generosidad de todos los actores. La izquierda de aquí, la canaria, debe aprovechar el contexto que le brinda estas elecciones europeas para construir un horizonte de futuro compartido que sea palanca para la construcción de un nuevo sujeto político que revierta este periodo conservador en el que estamos instalados en Canarias con un gobierno de CC y PP que en este año de legislatura ha demostrado para quienes gobiernan y qué horizonte de Canarias prefieren.
Lamentablemente la ola reaccionaria y conservadora se instalará, más pronto que tarde, en España y Europa, y la izquierda de aquí debe aprovecharlo para fortalecer su militancia, su ideario, para estudiar, para implantarse territorialmente, para elaborar tácticas y diseñar estrategias. La nueva generación de la izquierda canaria debemos estar preparados para que, cuando tengamos la oportunidad de transformar nuestra tierra, lo hagamos con las mayores garantías. A sabiendas, por supuesto, que debemos lidiar con las contradicciones y los límites que nos impone la institucionalidad y los cortos periodos de gobierno que lleva aparejada esta nueva forma de hacer política tan fugaz y rápida como el sentido común capitalista.
Por ahora, toca resistir yendo a la ofensiva desde la unión de los valores y el compromiso a nuestro pueblo, a la justicia social y a la democracia. El próximo 9 de junio tenemos una nueva brega. Plantemos cara porque Canarias se la juega.
Natalia Santana es la presidenta insular de NC-bc en Fuerteventura y diputada en el Parlamento de Canarias.
Yoné Caraballo es el presidente insular de NC-bc en Lanzarote y La Graciosa y diputado en el Parlamento de Canarias.