La lucha interminable de los militares temporales en España
Militares de tropa y marinería denuncian la falta de apoyo gubernamental y el rechazo sindical en su lucha por un futuro digno y seguro
Leganés, 14 de marzo de 2025. No es una situación nueva, pero sigue siendo penosa para los militares de tropa y marinería que sirven a España. A pesar de ser servidores públicos con una profesión temporal mal remunerada y con un modelo de carrera profesional deficiente, estos militares sirven a todos los españoles, tanto dentro como fuera de las fronteras del país. Mientras tanto, el gobierno sigue defendiendo que su cese en las Fuerzas Armadas se produzca a los 45 años.
Aunque el Ministerio de Defensa asegura que están tomando medidas específicas para este sector, asociaciones como la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) debe trabajar instando a los partidos políticos a que en la nueva Ley de la Función Pública se incluya la reserva de plazas para militares de tropa y marienria y se bareme su tiempo de servicio en las Fuerzas Armadas en las convocatorias de acceso a la Administración General del Estado.
Aunque el Ministerio de Defensa asegura estar implementando medidas específicas para este sector, asociaciones como la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) tienen que redoblar esfuerzos, instando a los partidos políticos a que en la nueva Ley de la Función Pública se contemple la reserva de plazas para militares de tropa y marinería, así como la valoración de su tiempo de servicio en las Fuerzas Armadas en las convocatorias de acceso a la Administración General del Estado.
Del mismo modo, ATME debe luchar en las Comunidades Autónomas para que se aprueben las modificaciones de sus leyes de coordinación de policías locales para incluir la posibilidad de esta reserva de plazas, como ha hecho recientemente con las autonomías gobernadas por el Partido Popular, y posteriormente en los ayuntamientos para que se lleven a efecto.
Esta lucha se lleva a cabo en solitario, ya que tanto el Ministerio de Defensa como el Gobierno permanecen ostensiblemente ausentes. Por su parte, los sindicatos han unido fuerzas para impedir que estos servidores públicos temporales vean reflejada en las leyes de coordinación de policías locales la reserva de plazas que permite la Ley de Tropa y Marinería como medida de reincorporación laboral.
Un ejemplo reciente de esta oposición se ha visto en el debate sobre la modificación de la Ley de Coordinación de Policías Locales de Extremadura en la Asamblea de Extremadura y, más recientemente todavía, en la Comunidad Autónoma de Valencia, donde cuatro sindicatos (SPPLB, CCOO, UGT y CSIF) han rechazado la propuesta de reserva de plazas de Policía Local para militares presentada por Vox en las Cortes Valencianas. No obstante, estos mismos sindicatos instaban al Gobierno central a implementar una carrera profesional para el personal de tropa y marinería al alcanzar los 45 años, a pesar de que este mismo Gobierno muestra poco interés en establecer un modelo plenamente profesionalizado para las Fuerzas Armadas.
Entre quienes no desean una tropa y marinería «de carrera» y aquellos que rechazan la reserva de plazas para militares en las administraciones públicas, se pueden escuchar frases tan recurrentes como: «Respetamos y valoramos profundamente el esfuerzo y la dedicación de estos militares, así como la importancia de su reincorporación al mercado laboral tras finalizar su servicio». Eso sí, no en las administraciones públicas.
Esta es la cruda realidad de los militares temporales españoles: pagados con buenas palabras y rechazados cuando se trata de poder optar a un porvenir profesional con el que poder vivir ellos y sus familias.