La necesidad de unos presupuestos
Casimiro Curbelo
Planificar la economía familiar, saber qué vamos a ingresar y cómo y qué vamos a gastar es, a grandes rasgos, lo que durante estas semanas están diseñando las administraciones públicas con la elaboración de sus presupuestos. Este trabajo de planificación supone una de las tareas más importantes del año para determinar la hoja de ruta en cuanto a inversiones y prestación de servicios públicos.
Sin embargo, estos días estamos siendo testigos, una vez más, de esa dialéctica partidista que se empeña en alejarse del sentir ciudadano y centrarse, por error, en el distanciamiento político. Un escenario nada favorable para alcanzar, desde el diálogo y el consenso, los acuerdos necesarios que garanticen a España tener unos presupuestos generales para 2025.
Olvidan, aquellos que se enrocan en el no por el no, que la falta de presupuestos pone en riesgo el fortalecimiento de las políticas de bienestar, la materialización de proyectos de inversión para todas las comunidades autónomas y, lo más importante, medidas para mejorar la vida de la gente: vivienda, empleo, formación… Es aquí donde hay que hacer una reflexión sensata para evitar que la crispación política se transforme en menos oportunidades para quienes más las necesitan.
Y este es el caso de Canarias. Me habrán escuchado decir en varias ocasiones que la falta de unas cuentas estatales a quien más perjudica es a las Islas, que han dejado de percibir más de 480 millones de euros. La lejanía, la condición de insularidad y los déficits estructurales de pobreza y exclusión social son elementos de peso para intentar avanzar hacia dos direcciones: lograr unos buenos presupuestos para el Archipiélago y, por otro, evitar una nueva prórroga.
Trabajar con una planificación económica aprobada según el contexto social y económico de hace dos años no es bueno para la economía de una familia y mucho menos para los más de 47 millones de españoles que, de prorrogarse las cuentas, estaríamos en esa situación. Ni España ni Canarias pueden permitirse que se dé este escenario otra vez.
No solo se trata de cumplir con los compromisos adquiridos con Canarias en materias tan importantes como el transporte; inversiones en infraestructuras viarias, hidráulicas, educativas; políticas activas de empleo, o la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Es mucho más que todo esto. Es la garantía de que del trabajo bien planificado tengamos unos resultados que se trasladen al día a día de las personas.
Se abre un periodo de negociación. Solo espero que impere el diálogo y el interés general. Aparquemos los intereses partidistas y pongamos por delante los retos de España y de Canarias. Esto no es un intercambio de cromos entre comunidades ni entre formaciones políticas. El objetivo es tener bien planificado el presente y el futuro para una España y una Canarias mejores que crezcan en igualdad de oportunidades.