LA RELATORA DE LA ONU ALBANESE CREE QUE LAS UNIVERSIDADES ESTÁN INTERPELADAS A REACCIONAR ANTE LA SITUACIÓN EN GAZA
10 de abril 2024
La Universidad de La Laguna ha sido una de las 43 instituciones académicas españolas que, invitadas por la Red Universitaria por Palestina, se han conectado en directo hoy, miércoles 10 de abril, a la intervención ofrecida por Francesca Albanese, la relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados, en la que dio cuenta de los resultados de su informe “Anatomía de un genocidio”, presentado hace dos semanas ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. “Como profesorado, alumnado, trabajadores, en las universidades estamos interpelados a posicionarnos sobre lo que ocurre en Gaza”, afirmó.
El acto, denominado “La Universidad ante el genocidio”, consistió en la intervención de aproximadamente media hora a cargo de Albanese, seguida por una mesa redonda celebrada en el Aula Tomás y Valiente de la Facultad de Derecho con la participación de la vicerrectora de Internacionalización y Cooperación, Inmaculada González; el profesor de Sociología de las Relaciones José Abu-Tarbush; el profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales Lucas Sebastián de Erice; y el integrante de la Asamblea Estudiantil Gara Ancor García.
En su intervención, la relatora de la ONU, que también es académica en la Universidad de Georgetown, recordó que la universidad también es una institución para formar el espíritu crítico y crear una ciudadanía con responsabilidades cívicas, y por ello “es relevante elevar esa conciencia y llevarla a la acción”. En ese sentido, alabó especialmente a la sociedad civil española por ser una de las más comprometidas en Europa ante esta situación, pero reclamó que diera más muestras de apoyo para visibilizar esta causa, habida cuenta que en otros países se prohíbe a la gente hablar de Palestina. “Es importante hacer una red para proteger las universidades como lugares de conciencia cívica”.
Preguntada sobre cómo podrían las instituciones de educación superior actuar ante este panorama, Albanese puso el ejemplo de la universidad irlandesa de Galway, que ha lanzado una iniciativa para declararse “institución libre de apartheid”, ya que el régimen que el estado de Israel está imponiendo a la población palestina cabe perfectamente bajo esa denominación de origen sudafricano.
“Involucrarse puede tener una significación simbólica pero también debe ser algo concreto y tomar medidas como suspender las relaciones con empresas militares de Israel y revisar las relaciones académicas con ellos”. La relatora explicó que inicialmente ella tenía sus dudas acerca de la idoneidad de cortar relaciones con las universidades israelíes, pero ahora lo ve necesario porque son centros que están acallando las voces críticas internas de su profesorado y personal contrario a la actuación en Gaza, que las hay.
Gran parte de su intervención estuvo dedicada a resumir los principales contenidos de su informe, en el cual expone que existen “motivos razonables” para concluir que Israel está cometiendo actos de genocidio, pues realiza de forma intencionada al menos tres «actos genocidas» definidos como en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948: el “asesinato de miembros de un grupo”, “daños graves físicos o mentales a miembros de un grupo”, y “provocar en un grupo deliberadamente condiciones calculadas para su destrucción física parcial o completa”.
También denuncia que, para poder cometer sus abusos, Israel se ha valido de lo que calificó un “camuflaje humanitario», es decir, tratar de justificar bajo figuras de derecho humanitario internacional muchas de sus agresiones. Por ejemplo, acusar a Hamas de utilizar a la población civil como escudo humano o afirmar que los hospitales sirven de refugio a ese grupo armado.
Albanese recordó que el genocidio no es un acto concreto sino un proceso con varias fases que comienza por la “deshumanización” del grupo oprimido, algo que está sucediendo de manera reiterada desde hace décadas en este caso y de lo que da cuenta el informe, recogiendo a modo de prueba declaraciones como las del ministro de Defensa de Israel en la que calificaba a los gazatíes como “animales humanos”.
La relatora recordó la magnitud del genocidio contra el pueblo palestino con cifras: en seis meses, 33.000 fallecidos, de los cuales 14.000 son niños (“una cifra mayor que todas las víctimas infantiles de todos los conflictos sucedidos en el mundo en los cuatro años anteriores”); 2.000 desaparecidos que en su mayoría estén ya probablemente fallecidos; y 71.0000 heridos “con lesiones que les cambiarán la vida de manera permanente”. Durante las primeras semanas hubo una media de 250 palestinos muertos al día, y se lanzaron explosivos con una potencia equivalente a dos bombas de hidrógeno.
La ponente no quiso aminorar la importancia a la complicidad del resto de potencias mundiales ante este hecho. “El mundo ve el fruto de la impunidad concedida a Israel, es una tragedia anunciada” y, por ello, consideró “un fracaso del mundo” que no se pida cuentas al país agresor. “El excepcionalismo de Israel ya no puede continuar”, y por ello abogó por una mayor presión internacional con medidas como el embargo de armas o unirse a Sudáfrica en la acusación contra Israel ante la Corte Penal Internacional.
En el debate posterior, la vicerrectora de Internacionalización y Cooperación abrió las intervenciones recordando que la institución tinerfeña se ha posicionado contra este conflicto en dos manifiestos publicado el 17 de octubre y el 29 de noviembre y recordó, entre toda la destrucción provocada por esta guerra, que los bombardeos ya han destruido las nueve universidades que había en Gaza, cercenando así el futuro de las jóvenes generaciones del lugar.