Las clases sin móvil mejoran la atención del alumno y la convivencia, según los expertos

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23 de Septiembre 2024/Agencias

Llegar cada día a clase sabiendo de forma categórica que los teléfonos móviles tienen que estar apagados, no solo metidos en la mochila, mejora la atención de los alumnos y las interacciones con el profesorado porque anticipa un periodo en el que el menor es consciente de que el foco debe estar en el aula.

Así se ha puesto de manifiesto en los «Diálogos EFE: Dispositivos móviles y convivencia en las aulas», organizado por EFE en colaboración con la Conselleria de Educación y 8 Mediterráneo, donde expertos de diferentes ámbitos han analizado los riesgos y los retos que representan los dispositivos móviles en el ámbito educativo, entre ellos las distracciones y el perjuicio en el rendimiento académico.

La Comunitat Valenciana prohíbe desde el pasado mes de mayo el uso de teléfonos móviles en los centros educativos no universitarios, y solo permite el uso de dispositivos móviles cuando está dentro de las programaciones de los docentes y controlado por el centro, o en casos excepcionales, cuando el director lo autoriza, bien por cuestiones de salud o justificadas.

Los expertos coinciden en destacar que un alumno tarda unos 20 minutos en recuperar la concentración tras haberse distraído con el sonido o la vibración de su móvil o del de un compañero, de ahí la importancia de que estos dispositivos estén apagados durante las horas lectivas y no solo en silencio.

Alumnado más concentrado y participativo
El psicólogo Enric Valls, especialista en pedagogía y acoso escolar, celebra la prohibición de los móviles en la aulas, pues eso permite que los menores pongan «el foco en lo que realmente importa en ese instante, que es atender al profesorado y sobre todo, estar presente en el aula».

«Es una gran medida porque el menor, al estar pendiente constantemente de la pantalla, lo que hace a nivel químico es liberar dopamina y por lo tanto, genera una dependencia ya no solamente de la pantalla en sí, sino también de redes sociales… y pierde el foco de lo que realmente importa», señala.

La jefa de servicio de Inclusión Educativa de la Conselleria de Educación, Esmeralda Llorca, destaca que la resolución aprobada por la Conselleria incide en que los teléfonos deben estar apagados durante el tiempo que el alumnado pasa en el centro educativo, y apunta: «El hecho de que esté encendido ya es motivo suficiente como para que se le retire el móvil al alumno».

Asimismo, explica que aunque la medida lleva poco en marcha, en este tiempo ya se ha notado un descenso de aquellas cuestiones relacionadas con el uso inadecuado de los dispositivos en los centros, así como de las situaciones de acoso escolar.

En la misma línea, la directora del IES La Murta de Alzira (Valencia), Lorena Bisbal, afirma que tras la puesta en marcha de esta iniciativa han disminuido «los problemas de atención en las aulas, el alumnado está más concentrado, más activo y más participativo» en clase.

«Hemos visto que ha mejorado mucho la interacción con los alumnos y con el profesor. Las clases son más participativas, dinámicas y más agradables», manifiesta.

La jefa de servicio de Inclusión Educativa señala que desde la Conselleria no se dice que no se usen dispositivos en las aulas, pero «sí que se usen únicamente para fines pedagógicos», bajo la supervisión del docente, y que cuando no se usen para eso, el dispositivo esté apagado.

«Los centros tienen autonomía en esas cuestiones», afirma, y ha añade que si se utilizan dispositivos móviles, el docente tiene que asegurarse de que al acabar la clase esos dispositivos se apagan.

Apagar el móvil ayuda a enfocarse en atender
El representante de la Asociación Desempantallados Gil María Campos resalta la idea de que los menores estén centrados en lo que están haciendo, y por eso, desde esta asociación, abogan por recuperar los libros de texto en papel en todos los colegios e institutos, y por un uso controlado de estos dispositivos.

Campos advierte de que hay miles de colegios en España, cientos en la Comunitat Valenciana, que obligan a los niños y niñas desde los 7 años a utilizar un dispositivo móvil durante todo el día, lo que, a su juicio, incumple la resolución de la Conselleria.