Las empresas europeas, obligadas a separar sus operaciones en China por leyes de seguridad

Las empresas europeas, obligadas a separar sus operaciones en China por leyes de seguridad

09 de enero de 2025/Agencias
Las empresas europeas en China reclamaron este jueves a Pekín que clarifique su definición de seguridad, la cual está provocando que muchas firmas estén apostando por separar sus operaciones en el país asiático de las del resto del mundo, traduciéndose en mayores costos y en dudas a la hora de invertir.

Este proceso, denominado compartimentación (‘siloing’, en inglés), está forzando a algunas empresas europeas, especialmente en sectores estratégicos para Pekín, a aislar a sus subsidiarias en China con el objetivo de «mitigar riesgos» y poder «cumplir con regulaciones locales y globales».

Según un informe publicado por la Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China, las dos principales razones de este fenómeno son «la legislación china, que pide a las empresas una exhaustiva localización», y «motivos geopolíticos como el continuo aumento de las tensiones comerciales, que hacen que las compañías ajusten sus estrategias de cadena de suministro y sus políticas de investigación y desarrollo (I+D)».

«Nos gustaría que la localización de las actividades de una empresa se produjese únicamente por razones comerciales», explicó el presidente de la Cámara, Jens Eskelund, en un evento en el que presentó el informe: el 36 % de los encuestados aseguraron que adaptan sus productos o servicios al mercado chino por razones regulatorias, mientras que el 24 % lo hacen por motivos políticos.

«El concepto de seguridad en China está definido de forma borrosa, por lo que es difícil para las empresas definir qué podría constituir un riesgo de seguridad», indicó Eskelund, que agregó que esta situación provoca que las compañías chinas adopten un enfoque «cauto» y de «no correr riesgos» a la hora de adquirir servicios o productos extranjeros.

«Un gran costo»
Eskelund aseguró que las empresas europeas que más tienden a fragmentar sus operaciones en China del resto de su actividad global son aquellas que trabajan «en sectores considerados estratégicos por China», entre los que citó el automotriz o el farmacéutico o los «orientados a la tecnología».

Según el representante de la Cámara, la tendencia de compartimentación no solo «implica un gran costo» para las empresas sino que además «impacta a la hora de decidir inversiones».

Eskelund aseguró asimismo que algunos miembros de la Cámara deploran la falta de claridad de las autoridades chinas «acerca de qué se considera ‘fabricado en China'», una etiqueta que constituye en ocasiones un requisito para disfrutar de políticas favorables en el país o para aspirar a contratos oficiales o licitaciones públicas.

«Por mucho que nos localicemos aquí, seguimos siendo vistos como empresas extranjeras», declaró.

El informe del organismo recomienda a las autoridades chinas que «aumenten su integración con la economía global y que se desvíen del camino de las políticas de excesiva autosuficiencia» y que «mejoren la predecibilidad y la fiabilidad del entorno regulatorio» local.

Sin embargo, el representante comercial también apuntó a factores «muy positivos», como la política china de permitir a los ciudadanos de la gran mayoría de países del bloque acceder al país sin visado, puesta en marcha desde finales de 2023 y que ha posibilitado «una mejor comunicación» entre las oficinas centrales de las empresas y sus subsidiarias en China.

En cuanto a la situación de la economía china, Eskelund señaló la «débil demanda» interna como uno de los principales factores de preocupación entre los miembros de la institución y resaltó el fenómeno de «involución», según el cual la fuerte competencia en el mercado chino ante «menguantes márgenes de beneficio» no da como resultado una mayor productividad o mejores productos para los consumidores.