Las nuevas retribuciones anunciadas no cumplen con las expectativas de unos militares cada vez más descontentos
El aumento propuesto queda muy por debajo de lo que ATME considera necesario para que la profesión militar esté dignamente retribuida.
El Ministerio de Defensa ignora, una vez más, problemas críticos como el modelo de carrera profesional, la temporalidad, el reconocimiento de la profesión como de riesgo y la actualización de la Ley Orgánica de derechos y deberes del personal militar.
Leganés, 19 de febrero de 2025. Una vez más, y no son pocas, el Ministerio de Defensa anuncia por la prensa una noticia que afecta a los militares, en este caso a sus retribuciones, sin haber sido debatida previamente en un Pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS). Ha sido posteriormente a la publicación en los medios cuando la secretaria permanente del mencionado órgano convocaba a las asociaciones para mañana a una Comisión Preparatoria, donde se les entregaría el borrador del decreto. Nada nuevo en un órgano desprestigiado que, desde hace años, no es presidido por su presidenta, la ministra de Defensa, Margarita Robles.
La noticia, en unas Fuerzas Armadas donde un soldado o marinero en sus primeros años de compromiso raramente llega a los 1.200 € netos mensuales, es claramente insuficiente para la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), que en su documento para la actualización de las retribuciones en las Fuerzas Armadas (2024) estimaba que sería necesario un incremento de aproximadamente 1.500 millones anuales para tener unos militares dignamente retribuidos.
Pero las retribuciones no lo son todo. Como la Asociación no se cansa de trasladar a los grupos parlamentarios y a la sociedad en general, también es necesaria una nueva Ley Integral de la Carrera Militar, en la que se aborde la problemática de la temporalidad y se establezca un modelo profesional a largo plazo, el reconocimiento de la profesión como de riesgo, la actualización de la Ley Orgánica de derechos y deberes del personal militar y, entre muchos otros puntos, la mejora de la reserva de plazas y la baremación del tiempo de servicio en las convocatorias de acceso a la administración civil.
Esta subida en las nóminas no ha sido motivada porque el Gobierno y Defensa consideren que los militares están mal pagados, como repiten las asociaciones profesionales incansablemente desde hace años, sino por la necesidad de elevar el presupuesto en Defensa al 2% del PIB lo más rápidamente posible y no quedar descolgados del resto de aliados europeos. No es extraño, por tanto, que se haya anunciado después de la reunión celebrada ayer en París, donde se puso sobre la mesa la «urgencia» europea para aumentar el gasto militar.
Los 400 millones anunciados no colman las expectativas de los militares, ni retributiva ni profesionalmente, por lo que ATME continuará con la convocatoria de su próxima movilización en Madrid, esperando que se unan en su organización el resto de las asociaciones profesionales y militares en general.