Los sistemas de farmacovigilancia reciben más notificaciones ciudadanas, online y en redes
02 de diciembre 2024/Agencias
Los centros y sistemas de farmacovigilancia reciben, poco a poco, cada vez más notificaciones de sospechas de reacciones adversas de medicamentos directamente de los ciudadanos, en canales online o por redes sociales, aunque siguen siendo inferiores a las que llegan de los profesionales sanitarios.
El responsable del Centro de Farmacovigilancia de Cantabria, Mario González, explica a EFE que este departamento tiene la función de vigilar la seguridad de todos los medicamentos que hay en el mercado y que están disponibles para la población.
Su labor se centra en detectar efectos adversos, que pueden ser raros y que durante la fase de estudio de esos fármacos durante los ensayos clínicos no se han manifestado.
«En un ensayo clínico no podemos meter a cientos de miles de pacientes. Una vez el medicamento es aprobado y se utiliza en toda la población, la exposición es más grande», comenta González, que subraya que nadie debe «asustarse» porque los fármacos comercializados son seguros y pasan controles exhaustivos antes de estar en el mercado.
Deja claro así que los medicamentos «se han estudiado muchísimo antes de salir», lo que no impide que, en ocasiones puntuales, puedan generar efectos que no han sido documentados en situaciones o casos especiales.
La farmacovigilancia es «una garantía» porque, además, los medicamentos no son «algo estanco», sino que «tienen una vida y hay que vigilarlos a lo largo de ella».
«El medicamento se puede mezclar con otros y generar interacciones o problemas, o utilizarse en poblaciones especiales en las que no se había probado, como por ejemplo embarazadas o personas en edades extremas, y tener en esos colectivos unos efectos distintos», advierte González.
Un entramado organizado
La farmacovigilancia es una actividad que se realiza a nivel nacional e internacional.
En el caso de España con un sistema integrado por las unidades de las distintas comunidades autónomas.
Así, cada comunidad tiene su centro de farmacovigilancia, en una red coordinada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Los efectos adversos que sufren los pacientes por medicamentos, y que trasladan a su médico o farmacéutico, también pueden llegar directamente de los propios ciudadanos al sistema de farmacovigilancia por una notificación online.
Por ejemplo, la Agencia Española de Medicamentos tiene habilitado en su web un sitio para que la población mande estos avisos.
Poco a poco, cada vez son más los ciudadanos que los envían.
Llegan más notificaciones al sistema desde Atención Primaria y las de hospitales tienen características distintas, porque se utilizan medicamentos especiales, en otras condiciones y con otro tipo de pacientes.
Proceso de estudio
Una vez que se recibe la notificación, se inicia un proceso de estudio y validación.
Se comprueba que ese aviso tenga la información mínima sobre la reacción adversa.
Hay que documentarlo, ver si es una reacción adversa conocida o desconocida, o grave o más leve.
Se investiga cuantificando el riesgo y estableciendo la relación de causalidad, se realizan nuevos estudios si es preciso y, tras evaluar toda la información, se toman las medidas necesarias y se informa a los profesionales sanitarios y a los pacientes
La información se introduce en la base de datos española (denominada Fedra).
Es una base de datos que engloba el total de las notificaciones que se reciben en España, que llega a alrededor de 600.000.
Y desde esta se vuelca la información a la base de datos europea, que tiene 14.000.000 de notificaciones.
Hay una base más global, de la Organización Mundial de la Salud (Vigibase), con 30.000.000 de notificaciones.