Paco Lobatón: “Cuando una persona desaparece, no desaparecen sus derechos. Y el primero de ellos, es el derecho a ser buscados”.

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Las desapariciones relacionadas con la pornografía infantil, feminicidios y violencia de género; pero también las desapariciones en zonas de conflicto o vinculadas con el alzheimer, protagonizan la jornada de clausura de la I Conferencia Internacional de Personas Desaparecidas, celebrada en Sevilla.

 

Sevilla, 17 de noviembre de 2024.- “Cuando una persona desaparece no desaparecen sus derechos. Y el primero de ellos es el derecho a ser buscados. Como es derecho vuestro, de familiares y allegados, el de ser informados de la búsqueda y atendidos psicológica, jurídica y socialmente”, con este alegato final pronunciado por el periodista Paco Lobatón, vicepresidente de la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSDGlobal, ha concluido este sábado en Sevilla la I Conferencia Internacional de Personas Desaparecidas, un encuentro sin precedentes en el que se han dado cita más de setenta familiares de personas desaparecidas en las circunstancias más diversas; así como expertos de todos los ámbitos relacionados con estos sucesos: cuerpos de seguridad del Estado, psicólogos y psiquiatras, criminólogos, juristas, expertos y cargos institucionales relacionados con la violencia de género, voluntarios y profesionales de la comunicación. “En Sevilla se ha podido constatar el profundo nexo que une a todos ellos, que no es otro que el de una herida abierta llamada incertidumbre”, según ha expresado Paco Lobatón.

Esta Conferencia se ha celebrado con el eco reciente -y muy presente- de la catástrofe causada por la DANA en Valencia, cuando aún nos golpean las imágenes de la tragedia, el testimonio de las víctimas, el despliegue de los efectivos de emergencia, de los cuerpos de seguridad y los de la UME, y también el de los miles de voluntarios. “Una respuesta ejemplar en muchos sentidos y que, sin embargo, solo ha minimizado en una pequeña parte las dimensiones impresionantes de la mayor emergencia vivida en España”, ha incidido el periodista.

La Conferencia ha sido clave también para incidir en la necesidad de búsqueda inmediata de los desaparecidos -una de las principales críticas de los familiares de víctimas de desapariciones-, con el despliegue de los mejores especialistas en Emergencias y de los más avanzados recursos tecnológicos. “Y aunque hoy no hemos venido a hablar de estadísticas, sí tenemos que decir bien alto que esas cifras están cargadas de sufrimiento y son, como aquí se ha dicho, una herida abierta llamada incertidumbre. Bien lo sabéis vosotros, los más de setenta familiares que habéis venido hasta Sevilla con vuestra propia historia a cuestas”, ha querido consolar Lobatón.

APROXIMACIONES CIENTÍFICAS

Entre los estudios desplegados en esta Conferencia, se ha incorporado el innovador estudio de la Universidad Complutense presentado por la doctora y psicóloga clínica Concha Puelles junto con Rodrigo González, también psicólogo. Una indagación que se suma al Informe sobre el impacto traumático de las desapariciones que elaboraron los doctores en psicología Pablo Santamaría y Aída de Vicente en 2020, en colaboración con la Fundación QSDglobal.

Se trata de aproximaciones científicas al núcleo esencial del fenómeno de las desapariciones, “y por eso hay que darles todo el valor que tienen y que va más allá de un brillante ejercicio académico”, ha destacado Lobatón: “Porque son trabajos científicos que buscan mejorar la respuesta al sufrimiento corrosivo y limitante de la incertidumbre que no deja espacio para el duelo. Que deja la vida en suspenso. Que convierte a quienes la sufren en rehenes de mil interrogantes. Supervivientes en un limbo poblado de sombras”.

Otro de los estudios desplegados en esta Conferencia, el de la Universidad de Santiago de Compostela, ha aportado una valiosa información sobre la percepción que tienen las familias del proceso de investigación de la persona desaparecida y sus posibles efectos revictimizadores. Las familias consultadas confirman carencias en la atención psicológica, social y jurídica por la inexistencia de recursos públicos y gratuitos. Y otro tanto ocurre con los recursos policiales: la insuficiencia de medios es percibida como la causa de que la desaparición de su ser querido continúe sin resolverse.

“En este ámbito es especialmente reseñable lo que pasa con la UCO -ha destacado Paco Lobatón-. Es recurrente reclamar la intervención de esta Unidad de la Guardia Civil. Y es patente que hay un elogio implícito en esa solicitud, pero sobre todo la necesidad de confiar en una resolución como la habida en los casos de Diana Quer, del pequeño Gabriel o de Manuela Chavero. Una solicitud que en el fondo es la demanda de Unidades Especializadas en Desaparecidos que las familias y el movimiento asociativo vienen haciendo desde hace veinte años. Hoy, esas Unidades podrían conformarse alrededor de los Coordinadores provinciales propuestos por el CNDES, con los especialistas de los distintos cuerpos policiales – GC, CNP, policías autonómicas, Policia Local- trabajando juntos los casos sin resolver. A ellos, según los casos, podrían unirse efectivos de Protección Civil y Emergencias para acciones concretas de búsqueda en el terreno y como forma de canalizar la colaboración ciudadana. En Andalucía, por ejemplo, los GREA, con algo más de cuatro mil efectivos, son un cuerpo verdaderamente especializado, y con un exhaustivo conocimiento de la orografía del territorio. Como también lo es la UME, cuya actuación no tiene por qué limitarse a las catástrofes naturales”, ha solicitado el periodista.

DESAPARICIONES DE NIÑOS, ENFERMOS DE ALZHEIMER Y MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Antes de la clausura se han sucedido ponencias como las del doctor en Criminología argentino Facundo Gallo, investigador de la Universidad de La Rioja y autor del libro Los no olvidados, centrado en sus trabajos que relacionan los delitos relacionados con la pornografía infantil con la desaparición de menores. Nacido en un barrio chabolista de Buenos Aires, “sin asfaltar, con gente maravillosa pero empañado por altos índices de criminalidad”, como la relatado el autor, su interés por las desapariciones de menores es una constante en su vida desde la infancia: “Los niños vivíamos allí con el miedo constante de ser abordados por un coche rojo con los vidrios tintados, primero hacían fotos a los niños desde esos coches y posteriormente los secuestraban”.

Pero volviendo a nuestro país, Gallo se pregunta en este estudio presentado en Sevilla: “¿Existe una relación entre el consumo de pornografía infantil y los casos de menores que desaparecen o secuestran en España?”. Sólo en 2021, cuando hay datos, las páginas de pornografía infantil que se encuentran en la dark web que usan los criminales tuvieron más de 30 millones de links. “Hay un mercado imperante en Internet y hay un gran problema, es muy complejo tirar estos sistemas abajo, los cuerpos de seguridad del estado lo saben, esta lucha va a seguir unos años más”, ha señalado Gallo.

La jornada de clausura ha continuado con mesas de trabajo como “La enfermedad neurodegenerativa del alzhéimer y otras demencias en los casos de desapariciones”, en las que han participado familiares de desaparecidos, que han ahondado en la necesidad de una prevención constante, así como la geolocalización permanente de estas personas.

Por su parte, Leticia Matarranz, jefa del servicio del sistema Viogen de la Secretaría de Estado de Seguridad (Ministerio del Interior) ha abierto la sesión dedicada a la “Violencia contra las mujeres. Desapariciones y feminicidios”. Matarranz ha insistido igualmente en la prevención, que pivota sobre dos ejes: Uno primero, que es trabajar e intentar prevenirlos actos de violencia de género en sí: “Antes de una desaparición ya ha habido un acto de violencia de género”, ha asegurado. Y uno segundo que ahonda en el trabajo transversal de todas las instituciones y en el paso fundamental de denunciar: “Las estadísticas nos dicen que una mujer víctima de violencia de género tarda hasta ocho años en denunciar por primera vez. Aquí es fundamental el apoyo de la familia, hay que crear un círculo sin fisuras desde el punto de vista familiar, policial y judicial”, ha asegurado una de las principales responsables del Sistema Viogén, una herramienta integral de coordinación entre las instituciones: servicios sociales, sistema judicial y realización de valoraciones del riesgo.

Antonio Zurera, hermano de Angelines Zurera, desaparecida en 2008 doce días después de haber denunciado una agresión de su ex pareja y conseguir una sentencia firme contra su maltratador (y desaparecida aún 16 años después); así como Marisol Burón, madre de Marta Calvo, desaparecida en 2019 después de encontrarse con un hombre con el que había contactado a través de Internet: “La mía es una historia muy parecida a la de Marta del Castillo. Mi hija fue víctima de un psicópata depravado, lleva desaparecida cinco años y sólo su asesino sabe dónde está”, ha dicho visiblemente emocionada. El asesino confeso está a día de hoy en la cárcel y cumple prisión permanente revisable.

Las desapariciones en fronteras y conflictos bélicos -con la participación, entre otros, de Helana Maleno, fundadora del colectivo Caminando Fronteras-, así como las desapariciones en el mar, con el protagonismo de los familiares de desaparecidos en el barco Villa de Pitantxo han puesto el punto final a dos días de intensa convivencia entre las familias de esta lacra, de las que los números no dejan lugar a dudas.

Las cifras de personas desaparecidas son muy llamativas y a tener en cuenta. En Andalucía, en lo que va de año, el Centro de Coordinación de Emergencias (Cecem 112) ha atendido 4.223 emergencias relacionadas con personas desaparecidas. El pasado año, 2023, se coordinaron 5.283, aunque más del 95% de los casos se resuelven satisfactoriamente. Pero en Andalucía hay 715 casos activos de desapariciones, que ascienden a 6.001 a nivel nacional.