Paro juvenil y emigración en Canarias: una fuga de talento insostenible
25 de marzo 2025
Desde SITCA reclamamos políticas y medidas que reduzcan o eliminen las razones por las que tantos jóvenes de nuestra tierra se ven condenados a trabajos de baja cualificación o a emigrar fuera del archipiélago.
Uno de los problemas estructurales más graves que enfrenta Canarias es el elevado paro juvenil y la consecuente emigración de jóvenes en busca de oportunidades. Esta realidad no solo supone un drama personal para quienes deben dejar su tierra, sino que también debilita el desarrollo de las islas al provocar una fuga de talento que afecta a la economía y al tejido social.
Un paro juvenil crónico
Los datos son claros: Canarias suele estar entre las comunidades con mayor tasa de desempleo juvenil en España, una tendencia que se ha mantenido durante décadas. A pesar del crecimiento del turismo y de la recuperación económica tras la pandemia, la situación de los jóvenes sigue siendo preocupante. La oferta laboral en el archipiélago se caracteriza por la temporalidad, la precariedad y una fuerte dependencia del sector servicios, lo que deja pocas oportunidades de empleo estable y bien remunerado.
Muchos jóvenes canarios, incluso aquellos con formación superior, se encuentran atrapados en trabajos de baja cualificación o en situaciones de inestabilidad laboral. Las expectativas de crecimiento profesional son escasas, y la falta de industrias diversificadas limita las opciones de empleo para quienes desean desarrollarse en sectores como la tecnología, la investigación o la ingeniería.
La emigración como única salida
Ante este panorama, no es de extrañar que cada año cientos de jóvenes tomen la decisión de emigrar a la península o al extranjero en busca de mejores condiciones laborales. Esta migración forzosa de talento no solo afecta a los propios jóvenes, que deben dejar atrás a sus familias y empezar de cero en otro lugar, sino que también impacta en la sociedad canaria, que pierde población cualificada y potencial de innovación.
Ciudades como Madrid, Barcelona o incluso destinos internacionales como Alemania o Reino Unido han recibido en los últimos años a miles de jóvenes canarios que no encuentran en su tierra oportunidades acordes a su formación. Se trata de una situación que debería hacer reflexionar a las administraciones públicas y a los sectores empresariales sobre la necesidad de un cambio en el modelo productivo.
Un modelo económico que no responde a la realidad
El problema del paro juvenil y la emigración está directamente relacionado con el modelo económico canario, excesivamente dependiente del turismo y con poca capacidad para absorber perfiles profesionales distintos a los que demanda la hostelería o el comercio. Esta estructura económica limitada no solo genera empleo precario, sino que también deja fuera a muchos jóvenes que han apostado por formaciones especializadas.
Canarias necesita una apuesta decidida por la diversificación económica, impulsando sectores como la tecnología, la energía renovable, la industria audiovisual, la investigación o la economía azul. Sin embargo, estas iniciativas requieren inversión, planificación y un compromiso real tanto del sector público como del privado para generar empleo estable y de calidad.
Un futuro por construir
El paro juvenil y la emigración son síntomas de un problema estructural que no se resolverá con medidas a corto plazo. Es necesario replantear el modelo económico, fomentar la retención del talento y garantizar que los jóvenes canarios puedan desarrollar su vida profesional sin verse obligados a marcharse.
Desde SITCA, insistimos en la urgencia de políticas activas de empleo que fomenten la inserción laboral juvenil, así como en la importancia de exigir a las administraciones un compromiso firme con la diversificación económica. Canarias no puede permitirse seguir perdiendo a su juventud por falta de oportunidades. Es hora de construir un futuro en el que los jóvenes tengan un papel protagonista en su propia tierra.