Pobreza extrema, riqueza obscena

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Si queremos construir un mundo mejor, más equilibrado, más democrático, más justo, resulta preciso combatir dos de sus mayores lacras. Por un lado, la pobreza, que afecta a más de 3.500 millones de personas. Por otro, la riqueza extrema, creciente y mucho más concentrada en un número limitado de personas que cada vez atesoran más recursos económicos hasta niveles realmente obscenos: fortunas de más de 200.000 millones de dólares, como las de Zuckerberg o Bezos, o superiores a 400.000 millones, caso de Musk. Un panorama de absoluta desigualdad, que amenaza con ahondarse de mano de las extremas derechas y las oligarquías económicas que les apoyan, imponiendo desde los gobiernos programas que reducen o eliminan la protección social, incrementando las ya notables desigualdades; y que buscan, asimismo, desregular las relaciones laborales, incrementando las horas y días de trabajo e impidiendo la negociación colectiva y la acción sindical.

Oxfam acaba de publicar un informe que ofrece datos de gran interés sobre este asunto. Destacando que en 2024 aumentó la riqueza conjunta de los diez hombres más ricos del mundo en unos 100 millones de dólares al día. “Billones de dólares se están transmitiendo vía herencia, dando lugar a una nueva oligarquía aristocrática que ejerce un inmenso poder en nuestra vida política y nuestra economía”, asegura. Transmisión en muchos casos libre de impuestos: dos tercios de los países no gravan lo heredado por descendientes directos.

3.500 millones de pobres

Mientras esto sucede, el 44% de la población mundial (3.500 millones de personas) vive por debajo del umbral de la pobreza, con ingresos máximos de 6,85 euros al día. Permanece, además, la pobreza extrema, con 700 millones de hombres y mujeres que disponen de menos de 2,15 dólares al día. Paralelamente, las decisiones políticas aumentan esa situación de desigualdad. Desde 2022, cuatro de cada cinco estados han recortado el porcentaje de su presupuesto destinado a áreas como educación, sanidad, protección social o cuidados. Destacando Oxfam, asimismo, que cuatro de cada cinco países han retrocedido en materia de fiscalidad progresiva, y nueve de cada diez en derechos laborales y salarios mínimos. Un panorama muy poco alentador.

El regreso de Trump a la Casa Blanca y el crecimiento en el mundo de las extremas derechas están empeorando de manera sustancial estas negativas circunstancias. Sus políticas se dirigen a disminuir el papel del estado -educación, sanidad, cuidado de las personas…- y rebajar los impuestos a los multimillonarios. Potenciando, por tanto, una mayor desigualdad social.

Canarias no es ajena a esa problemática. Con elevados niveles de pobreza y de exclusión social. Con la riqueza concentrada en un porcentaje pequeño de su población: poco más de 6.500 personas, el 0,3%, acumula una riqueza equivalente a la mitad del PIB del Archipiélago. Presentando, asimismo, una escasa movilidad social, es decir, reducidas oportunidades de modificar la posición socioeconómica familiar y personal de partida.

Canarias, líder en desigualdad

Distintos estudios publicados el pasado 2024 confirman que Canarias se sitúa a la cabeza de las nacionalidades y regiones en desigualdad. Asegurando que el 10% de los hogares que más riqueza acumulan poseen en torno al 60% de la riqueza de la comunidad canaria, mientras que los más pobres, el 50% que menos tiene, solo posee entre el 3% y el 4% de la riqueza de la comunidad, cuando la media estatal es del 6%. Afirmando, asimismo, que ese 10% que más tiene “acumula entre 80 y 85 veces más riqueza que el 50% que menos tiene. Esta misma ratio, para el resto de España, es aproximadamente entre 45 y 50 veces”. Destacando, por otra parte, que Canarias tiene 775.000 personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Su tasa Arope (33,8%) es la segunda más alta de las comunidades, solo por detrás de Andalucía (37,5%), y se sitúa siete puntos por encima de la media estatal (26,5%).

La desigualdad y la pobreza son impresentables e injustas, pero son también superables. A nivel global y en el ámbito canario. Pero ello demanda un profundo cambio en las relaciones económicas internacionales, en las que el norte desarrollado extrae riquezas del sur empobrecido. Precisa de mayores impuestos a las super fortunas que aportan muy poco al bien común. Exige políticas públicas que garanticen la sanidad, la educación y los cuidados al conjunto de la población, así como apoyo a los más vulnerables; y que faciliten, también, el acceso a una vivienda digna en condiciones razonables: el pago de los alquileres contribuye hoy al empobrecimiento de muchos trabajadores y trabajadoras.

En los últimos años se ha avanzado en el Estado español en el camino de combatir la elevada pobreza y exclusión social. Con el incremento, aunque insuficiente, del salario mínimo interprofesional en 2024, sin que se produjeran los desastres económicos y las pérdidas de empleos vaticinadas por algunos. Igualmente, con la revalorización de las pensiones públicas, cuya subida para 2025 ha quedado suspendida por el voto en el Congreso del PP, Vox y Junts.

Supone también un avance los efectos positivos de la implantación del Ingreso Mínimo Vital y, en el caso canario, de la Renta Canaria de Ciudadanía que recoge nuestro Estatuto en su reforma de 2018. Pero sus desarrollos son todavía claramente insuficientes, no llegando a todas las personas que lo necesitan para alcanzar unos niveles de vida mínimamente dignos.

Imprescindible resulta, asimismo, persistir en las reformas dirigidas a alcanzar un empleo de mayor calidad que posibilite una vida mejor. Con mayores salarios, reducción de la jornada laboral y salarios mínimos más elevados y justos. Garantizando, además, el derecho a la negociación colectiva.

 CC y PP, con los más ricos

Lo que no es de recibo es la actitud de las derechas, estatales y canarias, en favor de los más ricos. Nada más llegar al Gobierno canario, CC y PP aprobaron por causa “de extraordinaria y urgente necesidad”, el Decreto Ley 5/2023, por el que se modifica las bonificaciones en la cuota tributaria del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, para prácticamente eliminarlo. Esto hace que perdamos unos 180 millones de euros de recaudación en la legislatura. Recuerdo que, tras la modificación realizada por el anterior Gobierno de Progreso, solo estaban obligados a pagarlo quienes recibían herencias por persona superiores a los 300.000 euros y de forma progresiva. Y que no tenían ninguna bonificación las herencias por persona superiores a 1,2 millones. Con su supresión, CC y PP beneficiaron, por tanto, a la minoría que más tiene.

Nuestro discurso y nuestra práctica en este asunto son tan claros como coherentes. Nueva Canarias-Bloque Canarista pretende conseguir una sociedad canaria mucho más justa y equilibrada, con mejor distribución de la riqueza y afrontando sus intolerables niveles de pobreza y exclusión social. Para ello resulta esencial, en primer lugar, más y mejor empleo, así como salarios más elevados que posibiliten acabar con la extendida realidad de personas que tienen trabajo pero que se encuentran en situación de pobreza.

Además, alcanzar esos objetivos exige unos Presupuestos de la Comunidad que garanticen la adecuada financiación de los servicios públicos, esenciales a la hora de redistribuir los recursos y, por tanto, de combatir las desigualdades. Y, asimismo, disponer de una fiscalidad justa y progresiva que haga aportar más a los que más tienen y que posibilite ese imprescindible fortalecimiento del sector público. En definitiva, implementando medidas que contribuyan a incrementar la equidad de la sociedad canaria. Justo lo contrario de lo que hacen las dos derechas que gobiernan en Canarias.

Román Rodríguez es presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc).