Taiwán debería ser más “cauteloso” respecto a su relación con China, advierten expertos
26 de Septiembre 2024/Agencias
El Gobierno taiwanés debería ser más “cauteloso” a la hora de hacer declaraciones públicas sobre su estatus soberano o su relación con China, en aras de evitar una “mayor escalada” de las tensiones con Pekín, advirtió este jueves el laboratorio de ideas International Crisis Group (ICG).
En un informe, los expertos del grupo resaltaron que el nuevo presidente taiwanés, William Lai, está haciendo frente a la “agresividad” de China con una “postura más dura” que su predecesora, Tsai Ing-wen, quien mostró grandes dosis de moderación durante sus ocho años en el cargo.
“Lai ha optado por ser más claro y directo sobre la visión tradicional de su partido de que Taiwán está separado de China, mientras que Tsai mantuvo ambigüedades como un gesto hacia las sensibilidades de Pekín y fue más selectiva al afirmar la soberanía de facto de Taiwán”, asegura a EFE Amanda Hsiao, analista sénior para China del ICG.
Contundencia de Taipéi ante la “presión” de Pekín
Durante su discurso de toma de posesión del pasado 20 de mayo, Lai reafirmó el estatus soberano de Taiwán al subrayar que la República de China (nombre oficial de Taiwán) y la República Popular China “no están subordinadas entre sí”, declaraciones que, al contrario que las formuladas por Tsai en el pasado, no fueron acompañadas por ningún tipo de guiño hacia las autoridades chinas, señaló el documento del ICG.
En opinión de los investigadores, la contundencia del nuevo presidente taiwanés se debe al escaso efecto de las políticas apaciguadoras de su antecesora: entre 2016 y 2024, Taiwán perdió diez aliados diplomáticos y tuvo que lidiar con incursiones cada vez más frecuentes de aviones chinos en sus inmediaciones, llegando a su punto álgido en agosto de 2022, cuando la entonces presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., Nancy Pelosi, visitó la isla.
De esta forma, las autoridades isleñas habrían llegado a la conclusión de que tener más tacto “no producirá moderación” por parte de una China que, en vistas de su reacción al discurso de investidura, quizás esperaba un “tono más mesurado” de Lai, asevera Hsiao.
Desde entonces, el gigante asiático ha intensificado aún más su presencia militar en el Estrecho y elevado el tono de sus advertencias contra la isla, mientras el Gobierno de Taipéi ha reivindicado su soberanía en reiteradas ocasiones e incluso ha llamado a construir una “identidad nacional taiwanesa”, dejando poco espacio para el deshielo entre ambas partes.
En este sentido, y dadas las consecuencias funestas que tendría para el mundo un conflicto armado en el Estrecho, Taipéi debería hacer declaraciones públicas “más medidas y cautelosas” y Pekín tendría que reducir su “intimidación militar hacia Taiwán”, al tiempo que se mantienen los canales bilaterales de comunicación, indicó el informe del ICG.
“Hay tan poca confianza a través del Estrecho que ambas partes tienden a interpretar las acciones y declaraciones de la otra de la peor manera posible. La administración de Lai cree que ofrecer una ‘rama de olivo’ a Pekín no forzará a China a reducir su presión, y Pekín cree que reducir sus actividades militares solo alentará a Taipéi a involucrarse más en lo que considera provocaciones”, reconoce Hsiao.
La incertidumbre de EE.UU.
A medida que esa grieta se ensancha, Estados Unidos debería transmitir de forma privada tanto a Taipéi como a Pekín los “beneficios” de gestionar sus tensiones con “cautela y flexibilidad”, una postura que es importante que se mantenga independientemente de quién ocupe la Casa Blanca a partir del próximo año.
“Hay muchas incógnitas, sobre todo respecto a cómo una eventual segunda administración de Donald Trump podría abordar el tema del Estrecho (…). Existe la posibilidad de que las tensiones a través del Estrecho aumenten de forma significativa en 2025, especialmente si las relaciones entre EE.UU. y China se deterioran aún más”, concluye la investigadora del ICG.