Unas jornadas de la ULL proponen el uso de la Inteligencia Artificial para potenciar la figura del profesorado

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La Inteligencia Artificial (IA) no reemplazará al profesorado, sino que ha venido para apoyar sus tareas, quitarle tareas rutinarias y, a su vez, también ayudar al alumnado. El reto pues consiste en saber cómo integrar correctamente esta tecnología en las asignaturas para el desarrollo de esas nuevas habilidades. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado Carina González, catedrática del Departamento de Ingeniería Informática y de Sistemas de la Universidad de La Laguna y encargada de inaugurar hoy 21 las I Jornadas de Inteligencia Artificial para la Docencia Universitaria.
Está demostrado que la Inteligencia Artificial facilita tareas al docente como el propio diseño del plan de estudio, la generación de materiales audiovisuales o la automatización de tareas administrativas. “Aunque existen beneficios en la educación, también hay que tener en cuenta que hay que identificar los riesgos y dificultades de la integración de esta nueva tecnología. Además, hay que establecer unas directrices para su uso de forma responsable”, señaló Carina González.
La catedrática sostuvo así que es preciso preparar a los estudiantes en habilidades para un mundo impulsado por la IA. “Hay que educar para esa realidad que tiene nuestro alumnado, que va a hacer uso de esta tecnología y de otras, ya que las empresas van a demandar esa competencia”.
“Y, por último, hay que educar para crear Inteligencia Artificial”, enseñando a los estudiantes a desarrollar y a programar sistemas de IA, propuso la ponente, para quien la educación está siendo comercializada, con el claro objetivo del beneficio económico por parte de las empresas que suministran estos modelos de lenguaje. En opinión de la experta, las instituciones europeas y españolas han de trabajar para respetar determinados derechos y garantías para la ciudadanía. “Se está trabajando en su regulación, pero queda camino por recorrer. Este es el reto que tenemos entre manos”.
En el acto inaugural de las jornadas participó Vicente Blanco, vicerrector de Transformación Digital, Mª del Mar Afonso, decana de la Facultad de Ciencias y Mª Belén San Nicolás, directora de Secretariado de Docencia Digital. La decana sostuvo que la tan manida frase de “La IA está aquí y ha venido para quedarse” es una clara realidad. “Es importante saber que en un futuro próximo tendremos que redefinir la educación universitaria, porque aunque la IA sea un gran apoyo a la hora del aprendizaje, para los docentes también es necesario establecer unas normas claras y precisas sobre su uso”, precisó.
Existe un gran interés y a la vez una gran preocupación por parte del profesorado sobre los cambios a los que está abocado al referirse a esta materia. “Aunque puede ser una buena herramienta para la docencia, no hay que dejar de lado el espíritu crítico y el rigor a la hora de utilizarla”, sin olvidar cuestiones como la brecha digital, junto al mayor individualismo de las sociedades digitales o el aumento de bulos y noticias sin contrastar”, repuso el vicerrector.
Caso práctico
Por su parte, José Carlos González, jefe del Servicio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universidad de La Laguna, presentó un caso práctico de aplicación de la IA referido de automatización en la corrección de exámenes en el Campus Virtual. “Se trata de un programa piloto que podría estar disponible en uno o dos años y que implicará a profesorado, alumnado y también a este servicio”, comenta González.
Esta herramienta está pensada para que se pueda aplicar de forma transversal en cualquier rama del conocimiento, ya que se usará el lenguaje natural y, por tanto, lo que se va a medir es cómo se expresa el alumnado. “Se crearán agentes que simulen y extraigan el conocimiento de cada profesor o profesora por separado; de alguna manera vamos a captar cómo imparte la docencia cada docente y cómo corrige”, para tratar de emularlo. Por tanto, la IA ayudará al profesorado a corregir los exámenes, teniendo en cuenta que puede cometer errores y que el profesorado debe ser capaz de detectarlos y actuar en consecuencia.